Era sólo una prueba, pero una prueba exitosa: los datos demuestran que la NASA logró alterar deliberadamente el curso de un asteroide, y podría hacerse lo mismo en caso de peligro para la Tierra

Hace ya dos semanas que la agencia espacial estadounidense NASA envió la sonda «DART» para colisionar con el asteroide Dimorphos. Ahora está claro: la misión fue un éxito. La fuerza del impacto acortó la órbita de Dimorphos alrededor de su compañero mayor Didymos en unos 32 minutos, anunció la NASA. Si antes Dimorphos tardaba once horas y 55 minutos en orbitar Didymos, ahora tarda once horas y 23 minutos. La Prueba de Redirección de Asteroides Dobles (DART por sus siglas en inglés) ha superado así en más de 25 veces el objetivo mínimo de 73 segundos.

«Esta misión demuestra que la NASA intenta estar preparada para lo que el universo nos depare. Todos tenemos la responsabilidad de proteger nuestro planeta. Después de todo, es el único que tenemos», dijo el jefe de la NASA, Bill Nelson, en una conferencia de prensa.

Viajando a una velocidad de casi 22.000 kilómetros por hora, la sonda DART, del tamaño de una máquina de bebidas, chocó a finales de septiembre con el asteroide Dimorphos, que tiene el tamaño de un estadio de fútbol. Poco después de la colisión, las imágenes de los telescopios espaciales Webb y Hubble y de numerosos observatorios terrestres mostraron la impresionante cola de escombros y cascotes sueltos creada por la fuerza del impacto. Debido a las fuerzas gravitatorias que actúan entre Dimorphos y Didymos, la misión también tiene un efecto en la dirección del movimiento del par de asteroides en su conjunto. Cuál de ellos, se investigará más a fondo en las próximas semanas y meses.

Con los nuevos datos que llegan cada día, los astrónomos pueden evaluar mejor si una misión como DART podría utilizarse en el futuro para proteger a la Tierra de una colisión con un asteroide si alguna vez se detecta uno que se dirige hacia nosotros.

La NASA subraya que ni Dimorphos ni Didymos supusieron una amenaza para la Tierra antes o después de la colisión controlada. Se trata más bien de una prueba de defensa contra un asteroide en curso de colisión con la Tierra.

Los trozos de roca procedentes del espacio golpean la Tierra cada segundo. La inmensa mayoría sólo tiene un tamaño de fracciones de milímetro y se queman completamente al entrar en la atmósfera terrestre. Pero hay unos 210 cráteres conocidos en la Tierra que atestiguan el impacto de un cuerpo celeste de mayor tamaño.

Dentro de unos cuatro años, se tomarán medidas detalladas tanto de Dimorphos como de Didymos como parte del proyecto Hera de la Agencia Espacial Europea. El foco principal estará en el cráter dejado por la colisión con el DART. Además, se determinará con mayor precisión la masa y la composición del Dimorphos.