Un antiguo asteroide se estrelló contra la luna Ganímedes de Júpiter y torció su eje, el cataclismo fue 20 veces mayor que el que acabó con los dinosaurios en la Tierra

La historia de nuestro sistema solar es turbulenta. El infame asteroide Chicxulub, que diezmó a los dinosaurios hace 66 millones de años, fue sólo una de las muchas rocas espaciales que han asolado los planetas y sus lunas desde su formación.

Ahora, una nueva investigación ha desenterrado una colisión aún más calamitosa en el pasado lejano de nuestro sistema solar: Un asteroide 20 veces mayor que el de Chicxulub causó estragos a escala planetaria hace 4.000 millones de años. Y el desafortunado receptor fue Ganímedes, la mayor luna de Júpiter.

En el estudio publicado el martes en la revista Scientific Reports, el autor Naoyuki Hirata, planetólogo de la Universidad de Kobe (Japón), detalla las pistas topográficas de Ganímedes que ilustran el alcance de las consecuencias de aquella colisión.

La cara de Ganímedes presenta marcas de surcos circulares que parecen emanar de un único punto. Los astrónomos consideran desde hace tiempo que son la prueba de que algo chocó contra él. «Sabemos que este rasgo fue creado por el impacto de un asteroide hace unos 4.000 millones de años», afirma Hirata en un comunicado. «Pero no estábamos seguros de la magnitud de este impacto ni del efecto que tuvo sobre la luna».

Ganímedes

Izquierda: vista de Ganímedes con una cruz roja justo debajo y a la izquierda del centro; derecha: primer plano de cráteres y surcos en la parte norte de la luna. Naoyuki Hirata

Sin embargo, lo que llamó la atención de Hirata no fue el tamaño o la profundidad del cráter, sino su posición. La diana mira directamente en dirección opuesta a Júpiter. Esta extraña alineación apunta a la posibilidad de que la Luna se haya desplazado sobre su eje de rotación en el pasado. ¿Podría el impacto cataclísmico que esculpió las cicatrices características de Ganímedes estar también detrás de la configuración actual del satélite?

Para entender los orígenes del sistema de surcos, Hirata simuló impactos en un ordenador para ver qué escenario podría haber creado el paisaje actual de Ganímedes. Sus modelos concluyeron que el asteroide y el material que expulsó al impactar pesaron sobre la luna en el lugar del cráter lo suficiente como para hacer girar todo el cuerpo planetario. Ganímedes es una luna bloqueada por las mareas, lo que significa que siempre muestra la misma cara a Júpiter y, como resultado del impacto, el cráter está permanentemente protegido de la vista de Júpiter.

Ganímedes

Este diagrama modela la reorientación propuesta de Ganímedes tras el impacto de un asteroide, que habría hecho girar la luna, dejando el cráter de impacto casi exactamente en el meridiano más alejado de Júpiter. Naoyuki Hirata

Por revolucionario que pueda parecer, éste no es el primer caso conocido de vuelco de un asteroide sobre un cuerpo celeste. A partir de las imágenes recogidas por la sonda espacial New Horizons de la NASA, los científicos dedujeron que un impacto de asteroide similar había alterado la distribución del hielo en Plutón y cambiado su orientación en un pasado remoto.

Mediante ingeniería inversa de la posición de Ganímedes, Hirata calculó que el impactador de la luna tenía 186 millas de ancho, es decir, unas 20 veces el tamaño del asteroide de Chicxulub. Al chocar contra Ganímedes, marcó el suelo con un cráter de superficie aproximadamente igual a la del estado de Alaska, que posteriormente fue rellenado por la caída de escombros. Según Hirata, sólo un cráter de esta magnitud podría ser lo suficientemente impactante como para realinear Ganímedes, independientemente del lugar en el que el asteroide tocase tierra.

Ganímedes es la luna más grande del sistema solar, y es ligeramente mayor que el planeta Mercurio. Aun así, el monstruoso asteroide que chocó contra ella habría reajustado ese mundo por dentro y por fuera. Además de reorientar la luna, Hirata sugiere que el impacto también habría destruido la capa superficial de Ganímedes y remodelado su interior.

La animada historia de Ganímedes es sólo uno de sus muchos atractivos científicos. Además, este mundo helado podría esconder un mar subterráneo de agua líquida aproximadamente diez veces más profundo que los océanos de la Tierra. Los investigadores creen que esta luna podría ser potencialmente habitable para la vida tal y como la conocemos.

Ganímedes

Impresión artística de la misión JUICE, cuya llegada a la órbita de Júpiter está prevista para 2034. ESA (ATG Medialab)

Una nave espacial lanzada por la Agencia Espacial Europea el año pasado ya está en camino para observar Júpiter más de cerca. La nave Jupiter Icy Moons Explorer, o JUICE, llegará a la órbita de Júpiter en 2034, tras 11 años de travesía espacial. Su misión durará ocho meses. Entre las casi 100 lunas jovianas que rodean al gigante gaseoso, el principal objeto de estudio de JUICE no es otro que Ganímedes, un monstruo lunar que alberga su propio campo magnético -la única luna con esa distinción- y que cuenta con un núcleo complejo.

Adornada con cámaras de alta resolución, espectrógrafos y magnetómetros, la misión JUICE debería estar más que equipada para arrojar nueva luz sobre el pasado de Ganímedes. Y podrá observar de cerca la topografía de la luna, proporcionando más datos sobre el antiguo impacto de un asteroide.

«Las naves espaciales Voyager 1 y 2 y Galileo han observado Ganímedes; sin embargo, muchas zonas de Ganímedes aún no han sido fotografiadas con suficiente resolución», explica Hirata. «Estoy deseando recibir los datos del JUICE».

REFERENCIA

Giant impact on early Ganymede and its subsequent reorientation