El meteorito que mató a los dinosaurios dio a luz a la selva amazónica. 

Hace unos 66 millones de años un asteroide colosal impactó contra la Tierra y acabó con los dinosaurios. Además, fue el origen de la Amazonía, el bosque tropical más grande del mundo.

Al final del período Cretácico, un asteroide de 10 km de ancho se estrelló contra la Tierra cerca de la pequeña ciudad de Chicxulub en lo que hoy es México.

El impacto del meteorito desató una cantidad increíble de gases que transformaron el clima, desencadenando eventos que llevaron a la extinción de los dinosaurios no aviares y al 75% de la vida en el planeta.

Sin embargo, en un extraordinario efecto mariposa, la extinción de los dinosaurios y el modo en que afectó el cambio del clima al bosque, fue el origen del pulmón verde del planeta, la selva amazónica tal y como la conocemos hoy.

Ventaja para las plantas con flores

En un análisis de miles de muestras de polen fósil y hojas de antes y después del impacto de Chicxulub, científicos del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales han encontrado que el cataclismo también provocó la extinción del 45% de las plantas en lo que ahora es Colombia, preparando el escenario para la evolución de las selvas tropicales tal y como las conocemos.

El Amazonas no se parecería al Amazonas si el asteroide no hubiera cambiado el mundo.

Reconstrucción del paleoambiente (hace 66 millones de años) en América del Norte, donde dinosaurios como Tyrannosaurus rex , Edmontosaurus y Triceratops deambulan por una llanural. Crédito de la imagen: Davide Bonadonna

Antes de que el asteroide golpeara la península de Yucatán en lo que ahora es México, las selvas tropicales de América del Sur estaban formadas por una vegetación muy diferente a la actual. Nada que ver con la abundancia de plantas con flores que hoy dibujan la selva del Amazonas.

“Si regresaramos al día anterior a la caída del meteorito, el bosque  de lo que hoy es el Amazonas estaría lleno de helechos, muchas coníferas y dinosaurios”, dice Carlos Jaramillo del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales en Panamá. «El bosque que tenemos hoy es el producto de un evento que tuvo lugar hace 66 millones de años».

Jaramillo y sus colegas han analizado decenas de miles de muestras de polen fosilizado y hojas encontradas en el norte de Sudamérica que datan del Cretácico, justo antes del impacto del asteroide y justo después del impacto, en la época del Paleoceno.

Descubrieron que la diversidad de plantas disminuyó en un 45 por ciento después del impacto y tardaron 6 millones de años en recuperarse. Las huellas dejadas por  insectos en hojas fosilizadas muestran que también se desplomó su diversidad.

Después del impacto, las coníferas desaparecieron casi por completo de los trópicos del Nuevo Mundo y las plantas con flores se extendieron dominando la selva

Las selvas tropicales de América del Sur cambiaron a raíz de la catástrofe. Las coníferas eran comunes y proyectaban sus sombras sobre los senderos de los dinosaurios. Después del impacto, las coníferas desaparecieron casi por completo de los trópicos del Nuevo Mundo y las plantas con flores se extendieron dominando la selva.

La mayoría de las plantas con cono y helechos desaparecieron, y las selvas tropicales quedaron dominadas por plantas con flores llamadas angiospermas.

Los investigadores encontraron evidencia de que los árboles de los bosques tropicales antes del impacto estaban muy separados, lo que permitía que la luz llegara al suelo del bosque.

Las copas más dispersas de los bosques anteriores al impacto, con menos plantas con flores, habrían movido menos agua del suelo a la atmósfera que las que crecieron en los millones de años posteriores.

“Era igual de lluvioso en el Cretácico, pero los bosques funcionaban de manera diferente”, explica el Dr. Carvalho.

El impacto del meteorito, convirtió los bosques tropicales escasos y ricos en coníferas de la era de los dinosaurios en los bosques tropicales de la actualidad: árboles imponentes adornados de flores amarillas, púrpuras y rosadas, salpicados de orquídeas.

El Dr. Carvalho y sus colegas proponen tres explicaciones para el cambio:

Una idea es que los dinosaurios mantuvieron abiertos los bosques anteriores al impacto alimentándose y moviéndose a través del paisaje. El impacto del meteorito acabó con los grandes dinosaurios herbívoros , que dejaron de pisotear y comerse los niveles más bajos de los bosques. Así, al desaparecer los dinosaurios, los bosques se cerraron.

Una segunda explicación es que la caída de cenizas del impacto enriqueció los suelos de los trópicos, lo que dio una ventaja a las plantas con flores de crecimiento más rápido. La ceniza que se depositó en el cielo después del impacto pudo haber servido como fertilizante, creando un suelo rico en nutrientes que favoreció a las angiospermas de rápido crecimiento sobre otras plantas.