Las «experiencias fuera del cuerpo» se habían considerado producto de la imaginación de quien las contaba, o bien, indicio de trastornos mentales. La explicación es que alguien se ve a sí mismo fuera de su cuerpo,  a veces detrás de él, persiguiéndole, o incluso sobrevolando la habitación donde descansa.

Un equipo científico indujo experiencias «fuera del cuerpo» en personas sanas, y el trabajo se publicó en la revista Science. El experimento se realizó en el Departamento de Neurociencias Clínicas del Instituto Karolinska, en Estocolomo (Suecia).  Emplearon videocámaras y gafas de realidad virtual para mostrar a una docena de voluntarios imágenes de sus propios cuerpos, desde la perspectiva de alguien sentado detrás de ellos y con una visión estereoscópica. Es decir, les hicieron verse a sí mismos fuera de su cuerpo con un juego de cámaras. En ese momento, un científico tocaba simultáneamente el pecho real de la persona y el pecho del «cuerpo ilusorio» . El efecto fue inesperado. Los voluntarios no sólo percibieron que se veían a sí mismos desde afuera de sus cuerpos, sino que sintieron el contacto en su imagen fantasma. 

Diversos experimentos han mostrado que estas experiencias pueden inducirse mediante el estímulo de ciertas áreas del cerebro.

Con gafas provistas de pantallas de vídeo, y dos cámaras a su espalda envían la señal al ojo correspondiente. Conectan electrodos a la piel del sujeto. A pocos metros, se ve a sí mismo situado donde están las cámaras.

Desdoblamiento. El sujeto ve su espalda, y cree verse a sí mismo fuera de su cuerpo.

Tocado. El investigador toca al mismo tiempo el pecho real y el virtual. El sujeto sólo ve la segunda barra.

Aumenta la sudoración cuando el investigador amenaza con un martillo directamente al “fantasma”.

Viaje al interior de un maniquí

En un segundo experimento, grabaron la espalda de un maniquí y la proyectaron en las gafas de los 18 sujetos que participaron. Todos afirmaron experimentar una fuerte sensación de que el cuerpo del maniquí era el suyo. Estaban “dentro de él”.

Poseer otro cuerpo

Sustituyeron el maniquí por otra persona. Los sujetos estaban convencidos de estar ocupando el cuerpo del otro. La ilusión se mantuvo incluso cuando la otra persona estrechó la mano del sujeto. Tenían la sensación de estar dándose la mano a sí mismos.