Los restos del interior de una cueva de hace 170.000 años incluyen tubérculos y raíces a la brasa.
La popular dieta paleolítica consiste en excluir la mayor parte de los alimentos que trajo a la humanidad la revolución agrícola de hace 10.000 años: nada de cereales, lácteos ni legumbres, ya que nuestros antepasados no tenían acceso a estos alimentos. En muchos casos, la versiones silvestres de los cereales, legumbres y tubérculos son tóxicas, o no se pueden digerir sin procesarlas mediante molido, fermentación, o cocinándolas.
Una de las principales críticas que recibe la dieta paleo es que, en realidad, no sabemos lo que comían los humanos de hace cientos de miles de años, pero nuevos descubrimientos están arrojando luz sobre este debate. Al parecer, sus comidas sí que incluían una cierta cantidad de carbohidratos de distintas fuentes. En las cenizas de una cueva del sur de África de 170.000 años de antigüedad se han encontrado restos de tubérculos y raíces asados, similares a las patatas actuales.
Al examinar las cenizas al microscopio aparecieron restos de los rizomas de plantas del género Hypoxis, parecidos a los boniatos. No es el primer hallazgo que habla del consumo de raíces, que probablemente se remonta a mucho más antiguo, pero sí es el primero en el que las raíces estaban cocinadas a la brasa.
Gran parte de la confusión alrededor de la dieta de nuestros antepasados paleolíticos proviene del hecho de que los huesos de los animales se conservan mucho mejor que los restos vegetales, y esto llevó a pensar que la dieta era fundamentalmente carnívora. Este y otros descubrimientos dan cuenta de que la carne venía con una guarnición.
REFERENCIA:
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