Cuando Sonia Fernández Vidal escribió su primer libro, el episodio inicial de la saga La Puerta de los tres cerrojos, recibió una crítica sorprendente: “En esta novela, Sonia mezcla, por primera vez, fantasía y física cuántica; y hace que la ciencia sea accesible y atractiva para todos los lectores”. El comentario podría ser de un crítico literario, pero llegaba nada más y nada menos que de Muhammad Yunus, Premio Nobel de la Paz. Y en realidad no es extraño. Fernández Vidal es una Académica Electa de la Real Academia Europea de Doctores (RAED) y en 2017 fue seleccionada por la revista Forbes como una de las 100 personas más creativas del mundo.

Cuando comenzó con la idea del libro La Puerta de los Tres Cerrojos básicamente buscaba “acercar la física cuántica  a todos los públicos – nos cuenta en una entrevista telefónica –. Yo pienso que hay un poco de trampa porque para la física es fácil: es un mundo extraño y fascinante, pueden atravesar paredes, estar en dos sitios a la vez , el gato de Schrödinger que está vivo y muerto, los agujeros negros, viajar a velocidades de la luz, viajar en el tiempo… ¿Quién no querría tener un DeLorean aparcado en la puerta? Todos esos conceptos cautivan la imaginación, son fascinantes y la idea es juntar estos conocimientos en una aventura en lugar de hacerlo en lenguaje matemático que solo algunos pueden interpretar».

La trama es “sencilla”: el protagonista de la historia, Nico, se enfrenta a los agujeros negros, los viajes en el tiempo y a la velocidad de la luz a diario. Los lectores deben responder a juegos, dudas y enigmas para seguirle los pasos. A él y a su mascota: obviamente un gato, el de Schrödinger.

“Es como Harry Potter pero en la física – añade Vidal Fernández –. Tenemos la idea que la ciencia es algo muy complicado y buscábamos acercarla a la gente. Una tecnología muy avanzada es indistinguible de la magia, señalaba el maestro Arthur Clarke, y sin embargo se tocan, lo que parecía imposible en el pasado, hoy es posible. La ciencia ha derrumbado barreras y nos ha acercado a lo imposible”.

 

¿Hay imposibles en ciencia? ¿Cuáles son? Sonia F. Vidal ha trabajado en los principales centros de investigación del planeta, desde el CERN hasta Los Alamos y sabe de lo que habla. “Nunca me atrevería a decir que algo es imposible – responde con firmeza –, la ciencia nos ha demostrado que casi nada es imposible. Improbable quizás. Hay muchas preguntas sin respuesta en el campo de la ciencia moderna. Si las leyes de la física cuántica se tienen que cumplir siempre y las leyes de la relatividad se cumplen siempre, tenemos dos siempre distintos”.

Dos realidades alternativas, casi opuestas que aún así conviven construyendo un universo. ¿Es esa la trama de la trilogía? “A medida que pasó el tiempo, entre un libro y otro, los personajes seguían vivos y con cosas que contar. Hay que desarrollar las tecnolgías que la cuántica nos permite y luego nuevas si viene otra teoría. En lo personal, lo que me gustaría es ir saltando de universo en universo. Es un milagro que estemos aquí, justo en este multiverso”.