Durante las últimas décadas, los científicos mantenían la idea de que los dinosaurios eran criaturas principalmente terrestres. Su única gran debilidad era su incapacidad para «invadir el mundo marino», explica Nizar Ibrahim, de la Universidad de Detroit Mercy. Pero los fanáticos de estos animales llevaban años esperando el hallazgo de un dinosaurio que fuera un depredador único de los mares, como el escualo retratado en la película Tiburón.

En 2014, un equipo liderado por Ibrahim descubrió un fósil parcial de un enorme espinosaurios. Esta criatura, de poco más de 17 metros de largo, tenía patas traseras cortas y un hocico similar al de los cocodrilo. Había muchos indicios de que este dinosaurio podría haber sido parte fundamental del ecosistema marino, pero no había suficiente evidencia para afirmar que el espinosaurios era un animal principalmente marino. Y para ello necesitaban encontrar lo que Ibrahim llamaba el “motor” del dinosaurio: aquello que le permitía impulsarse en el mar. Y lo han hecho.

De acuerdo con un estudio, publicado en Nature, este animal tenía una poderosísima cola que le permitía impulsarse. Gracias a los restos hallados, el equipo de Ibrahim recreó al dinosaurio completo, que tendría el tamaño de un autobús.”Era el equivalente en dinosaurio a Tiburón – explica Ibrahim en un comunicado –. Este descubrimiento realmente nos abre los ojos a este nuevo mundo de posibilidades para los dinosaurios. No se agrega a una narrativa existente, sino que comienza una narración completamente nueva y cambia drásticamente las cosas en términos de lo que sabemos que los dinosaurios podían hacer. No hay nada como este animal en más de 220 millones de años de evolución de dinosaurios, lo cual es bastante notable”.