Le llaman el satélite universitario, y a los mandos técnicos hay una mujer, Elena Roibás. La entrevistamos para conocer el objetivo de UPMSat-2 y cómo han logrado hueco desde una universidad en un cohete de la ESA

“Algo así pasa una única vez en la vida, con suerte”, explica Roibás.

UPMSat-2 ha sido desarrollado por el Instituto de Microgravedad Ignacio Da Riva, con participación del grupo STRAST (Sistemas de Tiempo Real y Arquitectura de Servicios Telemáticos), ambos de la Universidad Politécnica de Madrid (IDR/UPM) y  Elena Roibás es la directora técnica del proyecto.

VEGA lleva bajo sus “faldas”  un enjambre de 53 pequeños satélites que irá soltando en racimo

UPMSat-2 despegará (la fecha aún está pendiente de las condiciones meteorológicas) a bordo de un cohete VEGA desde la Guayana Francesa. No irá solo. VEGA lleva bajo sus “faldas”  un enjambre de 53 pequeños satélites que irá soltando en racimo.

¿Cómo es el cohete que pondrá al UMPSat-2 en órbita?

VEGA es un cohete de la agencia de lanzamientos Arianespace. Y dentro de la familia de lanzadores, es de los más pequeños. Puede poner en órbita cargas de pago relativamente pequeñas en comparación con un Ariane, que sería el hermano mayor. Los lanzamientos de VEGA orbitan hasta 700 km de altitud, y recorre orbitas circulares alrededor de la Tierra.

¿El UPMSat-2  va acompañado por otros 52 satélites más?

Sí, lo normal es soltar un satélite o dos por vuelo, pero este lanzamiento es una prueba de concepto y van a soltar 53 satélites, entre ellos el nuestro. Dentro de la cofia del  lanzador han desarrollado un sistema dispensador múltiple de satélites. Para el vuelo VV16, el lanzador llevará siete microsatélites (de 15 kg a 150 kg) en la parte superior, y 46 CubeSats más pequeños en el Hexamódulo de la parte inferior. En total lleva unos 1.500 kilos de peso.

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Pesa 47 kg. Dimensiones: 450 mm x 450 mm x 543 mm (antena no incluida).

¿Cómo se produce esa suelta de satélites en racimo?

Los satélites van en un tronco de cono que les une a la cofia del lanzador. En la parte inferior hay una plataforma hexagonal a la que van acoplados los CubeSats (los más pequeños) y llevan un sistema de lanzamiento, como un muelle, que los lanza hacia los lados del cohete. Encima van otros cuatro, en el piso superior, y sobre estos, en unos módulos diferentes, otros tres satélites, y en este trío va el nuestro.

¿Se lanzan todos a la vez?

No. Desde que despega el cohete hasta que se lanza el primer grupo de satélites pasan unos 40 minutos. Tras otros 40 minutos de vuelo suelta el segundo grupo, y otros 30 minutos hasta que se lanzan los CubeSats, que estos sí salen todos juntos. Normalmente llevan un satélite o dos, así que con la primera suelta habríamos acabado. Pero esta vez el vuelo va a ser muy largo. Es una prueba de concepto. Quieren probar si es posible ofrecer espacio para tantos proyectos.

¿Podrá verse en directo la suelta de satélites?

La mayoría de los cohetes llevan instaladas cámaras para saber si los motores van actuando correctamente en sus distintas etapas para llegar lo más lejos posible. Pero es una monitorización con sensores. No hay cámara para grabarlo.

Se situará en una órbita baja, moderadamente cerca de la Tierra, a 500 km de altitud

¿En qué momento soltará el UPMSat-2? ¿En qué órbita se colocará?

El nuestro va en la primera fase. Se situará en una órbita baja, moderadamente cerca de la Tierra, a 500 km de altitud, polar, heliosíncrona. Eso permite más acceso a tener un hueco en el lanzamiento, porque los lanzamientos son difíciles de conseguir. Si lo hemos logrado ha sido gracias al esfuerzo de Gustavo Alonso, director del proyecto, porque conseguir un lanzamiento desde una universidad es algo que pasa una vez en la vida.

¿Cuál es su vida?

Dos años. Está en un tipo de órbita sometida a la resistencia atmosférica, es decir que aunque no hay atmosfera a esas altitudes, hay cierta resistencia por las capas de la atmosfera. Tienes que estar mucho más arriba para que la atmosfera no te afecte en absoluto. La mayoría de satélites lo que hacen al final de su vida es reentrar en la Tierra y consumirse con la reentrada. El nuestro tardara muchos años en volver a reentrar, y se quedará mucho tiempo como basura espacial.

¿Cuáles son las tareas de UPMSat-2 ?

El UPMSat-2 es un demostrador tecnológico. Esto quiere decir que las empresas nos proporcionan un instrumento desarrollado en sus laboratorios y que hay que probar en el espacio antes de poder ser usado comercialmente en una misión espacial. A esto se llama ‘herencia’. Hay que probarlo en el espacio antes de usarlo en una misión y estos satélites sirven para eso.

¿Y qué va a probar?

Varias cosas. Entre ellas, va a probar el uso del campo magnético terrestre para controlar la orientación del satélite. El control de actitud, que es lo que permite orientarse a un satélite, en este caso está basado solo en la medida del campo magnético terrestre. Esto no es lo habitual, lo normal es que tengan componentes mecánicos, por ejemplo una rueda de inercia que le permita moverse para orientarse. El nuestro no lleva nada mecánico para esto. Lleva sensores y actuadores de campo magnético. Los sensores miden la dirección del campo magnético y los actuadores se referencian con esa dirección y posicionan el satélite según si lo que necesita hacer es iluminarse mejor por el sol para que llegue más potencia a los paneles solares, o comunicarse con la Tierra, para lo que tendrá que posicionar las antenas en una dirección concreta, etc.

¿También hace mediciones de la radiación cósmica?

Una empresa española, el grupo Oesía, ha desarrollado la electrónica, y el objetivo es ver cómo se degradan esos componentes cuando se ven afectados por la radiación cósmica, como disminuye su vida útil, como se deterioran por este efecto. Hay otro desarrollo español de Iberespacio. Es algo así como un interruptor térmico que disipa el calor del satélite para que no se caliente cuando está operativo y lo mantiene cuando no lo está, para  evitar que se enfríe demasiado. Lo que hace es mantener la instrumentación espacial en su rango optimo de temperatura.

Una vez en órbita, ¿cada cuánto tiempo pasará sobre nuestras cabezas?

Hace 15 órbitas al día alrededor de la Tierra, pero no siempre pasa por nuestra estación de control. Lo hace cuatro o cinco veces al día y solo dos con unas condiciones óptimas para hacer el registro de datos, y apenas durante 10 minutos cada vez que pasa.

Cuéntame por qué es tan relevante que sea un satélite desarrollado por estudiantes

Esa fue la idea original del fundador del proyecto, José Meseguer, el que fue director del Instituto, y se ha mantenido hasta hoy. El desarrollo del UPMSat-2 se ha articulado alrededor del Máster Universitario en Sistemas Espaciales (MUSE) de la UPM. Han trabajado o están trabajando en el proyecto unos 40 profesores e investigadores y más de un centenar de alumnos, todos de la UPM. Además, participan  alumnos de grado de la universidad. Fundamentalmente los que tienen que hacer trabajos de fin de carrera. Lo más importante de esto es que esos futuros ingenieros que se están formando necesitan algo más que teoría. Y aquí han podido palpar un proyecto real, desde el diseño, desarrollo… y verán cómo su trabajo está en órbita terrestre.

A la cabeza del proyecto están De izquierda a derecha: Jorge Garrido, Gustavo Alonso, Javier Pérez y Elena Roibás

A la cabeza del proyecto están, de izda. a decha: Jorge Garrido, Gustavo Alonso, Javier Pérez y Elena Roibás

Los radioaficionados pueden seguir al satélite hasta que nosotros tomemos contacto

Y para ti, personalmente, ¿qué significa poner un satélite en el espacio?

Yo creo que es un hito, algo que si tienes suerte te ocurre una vez en la vida. Ha sido un trabajo duro, te lo llevas a casa cada día de tu vida. Pero para mí  es una satisfacción enorme tener un satélite construido, operativo, que tenga un propósito, y haber conseguido un lanzamiento. Esto pasa una vez en la vida, con suerte.