Analizan los restos de los apóstoles Santiago y Felipe conservados como reliquias en la basílica de los Santos Apóstoles en Roma

La imagen superior muestra el resto de un fémur que se cree es de Santiago el Menor. Fue engarzado en una clavija de madera y un anillo dorado. La foto es del investigador  Kaare Lund Rasmussen, autor principal del estudio de datación de las reliquias.

Una basílica glorificada

En Roma se encuentra la iglesia de Santi Apostoli, atendida por hermanos franciscanos durante más de 500 años. Durante más de 1500 años, este sitio ha albergado los restos que se cree de dos de los primeros cristianos y apóstoles de Jesús: San Felipe y Santiago el Menor, reliquias de la Santa Iglesia Católica.

Santiago el Menor,  hijo de Alfeo para distinguirlo del otro apóstol del mismo nombre (Santiago el Mayor o Santiago, hijo de Zebedeo), fue uno de los doce apóstoles de Jesucristo. Era hijo de Cleofás o Alfeo y de María de Cleofás, y hermano de Judas Tadeo y de otro José. Está representado en uno de los cuadros más famosos de El Greco.

El apóstol Santiago el Menor es una obra de El Greco, realizada en 1609.

La tradición cuenta que Santiago fue asesinado en el año 62  por un disturbio instigado contra él por el sumo sacerdote del Sanedrín, Hanan, durante el cual fue arrojado desde lo alto del templo para luego apalearlo hasta morir.

Felipe recorrió el Asia Menor hasta Escitia (la actual Ucrania) y llegó a Frigia (en la actual Turquía asiática), donde fue crucificado con la cabeza hacia abajo.

Después de que los apóstoles fueron martirizados, sus restos fueron transportados a Roma y enterrados en la basílica de los Doce Apóstoles. Hasta aquí es lo que cuenta la historia.

Un pie, un fémur y una tibia 

Se desconoce  cómo llegaron hasta allí los restos de San Felipe y Santiago pero han glorificado la actual iglesia de Santi Apostoli en Roma, construida en su honor.

 

Se encontraron dentro de una caja de piedra cuadrangular de 1,59 × 1,59 my 0,46 m de altura ( confessio ) que fue descubierta durante las investigaciones arqueológicas bajo la iglesia en 1873  y que posteriormente se incorporó a los cimientos del Altar mayor del siglo XVIII.

Además de los huesos humanos bien conservados, la caja contenía una serie de objetos de madera, tela, clavos y alfileres de hierro, diez monedas de varias épocas, la más joven de alrededor de ca. 1400, y dos pequeñas cápsulas de plata que contienen tejido y bálsamo. Las monedas, así como algunos de los otros objetos, probablemente fueron depositados por peregrinos que visitaban la tumba.

Las reliquias más importantes que se conservan en la Basílica del Santi Apostoli son los fragmentos de la tibia y el pie de San Felipe (incluido el tejido blando momificado) y el fémur de Santiago.

Trabajo sobre el pie momificado que se cree que podría pertenecer al apóstol Felipe. Crédito de foto: Kaare Lund Rasmussen / SDU

El profesor de química y arqueometría, Kaare Lund Rasmussen de la Universidad del Sur de Dinamarca ha dirigido las investigaciones científicas  y los resultados los ha publicado en  Heritage Science.

La reliquia conservada, el fémur, no puede ser de Santiago. Los datos dicen que perteneció a un individuo entre 160 y 240 años más joven

Los resultados no dejan duda

Los investigadores consideraron que los restos de San Felipe eran demasiado difíciles de descontaminar y fechar por radiocarbono, por lo que su edad sigue siendo desconocida hasta ahora. Pero el fémur sí se sometió a varios análisis. Lo más importante es que fue fechado por radiocarbono en el 214-340 d.C.

Por tanto, la reliquia conservada, el fémur, no puede ser de Santiago. Los datos dicen que perteneció a un individuo entre 160 y 240 años más joven según explica Kaare Lund Rasmussen.

“Consideramos muy probable que quien trasladó este fémur a la iglesia de Santi Apostoli, creyera que pertenecía a Santiago. Debieron haberlo sacado de una tumba cristiana, por lo que perteneció a uno de los primeros cristianos, apóstol o no», comenta el profesor Kaare Lund Rasmussen.