Han detectado un púlsar, una estrella muerta y giratoria, con un telescopio australiano. Es tan densa que solo una cucharada de su material pesaría millones de toneladas.

“Imagina un faro en el universo. Eso es un pulsar”, así lo describe el director del radiotelescopio australiano que acaba de informar el hallazgo de un pulsar: una estrella muerta, enormemente densa, giratoria, y magnética.

Informan del hallazgo desde el Centro Internacional de Investigación en Radioastronomía (ICRAR),  la «cuna» científica del que aspira a ser el mayor radiotelescopio del mundo, el Square Kilometer Array (SKA).

 

Una vista esquemática de un púlsar. La esfera en el medio representa la estrella de neutrones, las curvas indican las líneas del campo magnético y los conos que sobresalen representan las zonas de emisión. Crédito: Mysid

El primer púlsar de una colección

Un púlsar es una estrella muerta, formada por neutrones, enormemente densa y que gira a velocidades cósmicas. Los púlsares nacen como resultado de supernovas; cuando una estrella masiva explota y muere, puede dejar un núcleo colapsado conocido como estrella de neutrones.

Tienen aproximadamente una vez y media la masa del Sol, pero todo comprimido en solo 20 kilómetros, y tienen campos magnéticos ultrafuertes.

«Puedes imaginarlo como un faro gigante en medio del cosmos”.

Los púlsares giran rápidamente y emiten radiación electromagnética desde sus polos magnéticos. “Cada vez que esa emisión entra en nuestra línea de visión, vemos un pulso, por eso los llamamos púlsares”, explica el director del radiotelescopio que ha hecho el hallazgo, el MWA, Steven Tingay. «Puedes imaginarlo como un faro gigante en medio del cosmos”.

La impresión de un artista de Pulsar: una estrella de neutrones densa y que gira rápidamente y envía ondas de radio al cosmos. Crédito: ICRAR / Curtin University

El  púlsar recién descubierto se encuentra a más de 3000 años luz de la Tierra y gira aproximadamente una vez por segundo.

«Eso es increíblemente rápido en comparación con las estrellas y los planetas normales», explica Tingay. «Pero en el mundo de los púlsares, es bastante normal».

El hallazgo se realizó utilizando aproximadamente el uno por ciento del gran volumen de datos recopilados “Solo hemos arañado la superficie”, explica el astrofísico. «Cuando hagamos este proyecto a gran escala, deberíamos encontrar cientos de púlsares en los próximos años».

Una cucharada de material de una estrella de neutrones pesaría millones de toneladas. Sus campos magnéticos son algunos de los más fuertes del Universo, aproximadamente 1000 millones de veces más fuertes que los que tenemos en la Tierra.

El director de la MWA, el profesor Steven Tingay, dijo que el descubrimiento apunta a una gran población de púlsares que esperan ser descubiertos en el hemisferio sur.

El estudio de los púlsares es una de las áreas principales de la ciencia para el futuro  SKA.

Abriendo boca para la llegada del SKA

El radiotelescopio que acaba de detectar el pulsar hace unas semanas también fue noticia cuando envió imágenes de una extraña formación detectada en el universo, una “medusa».

https://quo.eldiario.es/ciencia/q2103802796/aparece-medusa-en-el-espacio/

El púlsar fue detectado con el telescopio Murchison Widefield Array (MWA), en la remota región del Medio Oeste de Australia Occidental.

El MWA es un precursor, una avanzadilla del que será el Square Kilometer Array (SKA), la mega apuesta de Australia por colocarse en cabeza de la astrofísica del mundo, con un “observador” del cosmos de miles de millones de dólares.

El Murchison Widefield Array (MWA) es un radiotelescopio de baja frecuencia y es el primero de los cuatro precursores de Square Kilometer Array (SKA) en completarse

Nick Swainston, estudiante de doctorado en el nodo de la Universidad de Curtin del Centro Internacional de Investigación en Radioastronomía (ICRAR), hizo el descubrimiento mientras procesaba los datos recopilados como parte de una encuesta de púlsares en curso.

Más información:
El Centro Internacional de Investigación en Radioastronomía (ICRAR) es una empresa conjunta entre la Universidad de Curtin y la Universidad de Australia Occidental con el apoyo y la financiación del Gobierno del Estado de Australia Occidental.

El Murchison Widefield Array (MWA) es un radiotelescopio de baja frecuencia y es el primero de los cuatro precursores de Square Kilometer Array (SKA) en completarse. Un consorcio de instituciones asociadas de siete países (Australia, EE. UU., India, Nueva Zelanda, Canadá, Japón y China) financió el desarrollo, la construcción, la puesta en marcha y las operaciones de la instalación. El consorcio MWA está dirigido por la Universidad de Curtin.