La edición del genoma humano y el desarrollo de la tecnología espacial, harán que los humanos estemos listos para vivir en cualquier planeta, incluso fuera del Sistema Solar, en 500 años. Así es como ocurrirá.

Christopher Mason, un pionero en la medicina y la genética aeroespaciales, ha publicado un libro con una hoja de ruta que permitirá a los humanos conquistar el espacio gracias a la ingeniería genética. Según sus cálculos, en 500 años estaremos preparados.

Mason es genetista y biólogo computacional y ha sido investigador principal y co-investigador de siete misiones y proyectos de la NASA.

¿Sería posible modificar genéticamente a la humanidad para optimizarnos para los nuevos desafíos ambientales que enfrentaremos en otros planetas? Mason argumenta: «Ya no es una cuestión de ‘si’ podemos diseñar la vida, solo hay que pensar  cómo lo haremos'» y «La ingeniería genética es un deber innato de la humanidad, necesario para garantizar la supervivencia de la vida cuando la Tierra ya no sea habitable.»

En su libro, The Next 500 Years: Engineering Life to Reach New Worlds, asegura que en el año 2500 los humanos dominaremos la ciencia de la genética hasta tal punto que podremos dirigir nuestra propia evolución, convertirnos es seres resistentes, mezclando nuestro ADN con el de otras especies.

Según sus cálculos, serán necesarios 500 años de mejoras biológicas y tecnológicas para que estemos listos para vivir en otros planetas.

Estas son las fases necesarias según Mason para que podamos tolerar  los entornos extremos del espacio exterior y asentarnos en nuevos sistemas solares.

Las fases para llegar a conseguir humanos biológicamente adaptados a otros mundos:

  • Fase 1. Ya completada, entre 2010 y 2020, es un estudio detallado del genoma humano.
  • 2020-2040. A lo largo de estos próximos 20 años: desarrollo de la ingeniería genética. Por ejemplo, con la inserción en las células humanas  de un gen conocido por promover la protección contra la radiación en los tardígrados, criaturas microscópicas que destacan por su extraordinaria capacidad de recuperación.
  • 2041 – 2100. Mejorar nuestras defensas genómicas contra la radiación espacial. Este es el período, escribe Mason, en el que «todos los genes, células e incluso potencialmente los órganos de cualquier organismo pueden convertirse en un componente de una célula humana».
  • 2101 – 2150. La comprensión del genoma humano hará que todo el que nazca tenga su ADN editado, con todas las mejoras conseguidas, entre ellas, la de estar preparados para un entorno radiactivo.
  • 2151-2200.  El transporte entre la  Tierra y las bases espaciales  estará disponible para quienes la deseen.
  • 2201-2250. Haremos que los humanos sean tolerantes a condiciones cada vez más extremas.
  • 2251-2350 La gente vivirá en colonias marcianas completamente desarrolladas, los viajes interestelares intergeneracionales pueden ser posibles y el ADN de las formas de vida recién descubiertas podría potencialmente ser secuenciado y utilizado para refinar aún más nuestros genomas. .
  • 2351–2400. Asentamiento en exoplanetas, en otros sistemas solares.
  • 2401–2500 Los  seres humanos controlarán la edición del genoma, y les permitirá combinaciones con el de todo tipo de criaturas. Habremos dominado nuestra evolución.

Los humanos biológicamente adaptados para vivir en otros planetas tendrán también el control biológico de la felicidad. La propuesta solo tiene una pega, y es que habrá que esperar 500 años.