El telescopio espacial James Webb ha llegado a salvo a su destino, y comienzan los preparativos para obtener la primera imagen del universo más lejano. La primera foto no se espera hasta abril (como poco)

El Telescopio Espacial James Webb de la NASA acaba de llegar a su destino final: alrededor de un lugar gravitacionalmente especial, en una parcela del espacio conocida como el segundo punto de Lagrange, o L2.  El observatorio que ha costado la friolera de 10.000 millones de dólares, estará en L2 al menos 20 años.

L2 está en el lado opuesto de la Tierra desde el Sol, a unos 1,5 millones de kilómetros de distancia, o cuatro veces la distancia a la Luna. Allí, la atracción gravitacional combinada del Sol y la Tierra equilibra la fuerza centrípeta que tira de Webb en la dirección opuesta.

Solo un puñado de misiones espaciales han viajado a L2, que es uno de los cinco puntos de Lagrange en el sistema Sol-Tierra. Desde ahí, es posible observar la mayor parte del universo sin obstáculos.

Desde L2, el parasol del tamaño de una cancha de tenis de James Webb bloquea el Sol, mientras que su espejo principal de 6,5 metros de ancho mira hacia la oscuridad del espacio profundo.

La primera estrella que fotografiará  James Web

La óptica y los instrumentos de Webb pronto se enfriarán a aproximadamente -230C (algunas secciones del telescopio ya están a esa temperatura). Cuando eso suceda, los controladores encenderán la cámara infrarroja de Webb (NIRCam) para tomar una foto de una estrella de prueba para comenzar el proceso de alineación del gran espejo. Pero esa primera imagen será totalmente borrosa.

Los controladores en la Tierra necesitan varios meses para ajustar el telescopio y calibrar sus espejos hasta obtener la primera fotografía enfocada. Cuando lo consigan, será un momento histórico en la observación astronómica.

La primera foto enfocada y útil de James Webb se espera para el mes de abril. Antes hay que encender los cuatro instrumentos del observatorio y también calibrar sus espejos.

Cuando enfoque por primera vez a la estrella, se observarán 18 puntos de luz diferentes porque los 18 segmentos individuales del espejo no estarán alineados. Así que hay que ajustar los espejos para juntar todos los puntos y hacer una sola estrella.

Es un proceso largo. Puede durar hasta tres meses.

El enfoque implica accionar pequeños actuadores, o motores, en la parte posterior de los 18 segmentos del espejo principal para armonizar su curvatura. La desalineación actual, que se mide en milímetros, se reducirá a una medida en nanómetros.

Se aplicarán ajustes similares al reflector secundario de 74 cm de diámetro que se encuentra frente al espejo principal y se usa para hacer rebotar la luz hacia los instrumentos.

James Webb está diseñado para ver el cosmos en luz infrarroja y, por lo tanto, debe mantener constantes condiciones de frío extremo para su hardware.

La luz infrarroja tiene ondas que son apenas más largas que las de la luz visible. «Ver» en el infrarrojo permitirá que el telescopio, por ejemplo, mire a través del polvo para obtener imágenes de estrellas que de otro modo estarían oscurecidas.

Hasta ahora, la misión Webb no ha dado un paso en falso. El lanzamiento y el viaje a L2 transcurrieron sin incidentes. Desde Tierra, seguimos expectantes su “primera luz”, nombre que recibe la primera imagen de un telescopio.