Los avances en edición genética han hecho posible el primer trasplante con éxito de un corazón de cerdo a un humano. Acaba de arrancar una nueva era en la salud humana

En la Universidad de Maryland (IMSOM), en Baltimore (en Estados Unidos), han hecho historia. Acaban de realizar con éxito el primer trasplante de corazón de cerdo a un paciente adulto con una enfermedad cardiaca que le avocaba a la muerte. El paciente no era un candidato idóneo para un trasplante tradicional, así que cuando le plantearon la opción de ser el primer en recibir el corazón de un cerdo, no tuvo dudas. El trasplante ha tenido éxito.

Una nueva era ha comenzado hoy: órganos de cerdo a nuestra disposición

El trasplante de órganos animales es conocido como xenotrasplante.

Los xenotransplantes se probaron por primera vez en la década de 1980 pero se abandonaron, en gran medida, después del dramático caso de una bebé, Stephanie Fae Beauclair (conocida como Baby Fae).

Baby Fae nació con una afección cardíaca terminal, y por entonces los trasplantes entre humanos, recién nacidos, tenían escaso éxito. Baby Fae recibió un trasplante de corazón de babuino y murió un mes después del procedimiento debido al rechazo del sistema inmunitario al corazón extraño.

¿Qué ha cambiado ahora para que el corazón trasplantado al paciente de Maryland no provoque ese rechazo mortal?

La razón se llama CRISPR, edición genética que ya se ha hecho incluso en humanos, el famoso corta y pega de genes que empieza a ser una herramienta de uso masivo en investigación. Básicamente, han editado 10 genes para que la compatibilidad se posible.

El cerdo: un banco de órganos

Los cerdos poseen varios órganos con estructuras y funcionamientos muy similares a los de los humanos (especialmente el corazón) y su modificación genética resulta relativamente sencilla, o asequible para los procedimientos científicos actuales.

Hay dos estrategias principales en investigación para intentar conseguir que el cerdo se convierta en una fuente de órganos humanos. Una de ellas consiste en crear cerdos que desarrollen un determinado órgano (corazón, riñones, pulmones…) en lugar de su equivalente porcino. Así, servirían como almacén de órganos, disponibles cuando los necesitáramos.

Estos individuos se consideran quimeras, pues poseen células de diferentes especies (humana y porcina). Para ello, los cerdos se modifican genéticamente, desde su estado embrionario, para «inactivar» la generación de su propio órgano y, en su lugar, se implantan células madre humanas que se encarguen de formar ese órgano totalmente humanizado.

Las primeras quimeras cerdo-humanas las creó un investigador español, Juan Carlos Izpisúa, del Instituto Salk, en California. Anunció él éxito de sus quimeras en  2017. Por motivos éticos, no se permitió su desarrollo embrionario más allá de las cuatro semanas de gestación. Izpisúa ha ido más allá, y también ha creado quimeras humano-mono que no salieron de una placa de petri en el laboratorio. Esta estrategia de crear cerdos con órganos humanos no se ha abandonado.

La otra vía es editar genes de los cerdos, quitar los que no nos sirven e incluso, como ha ocurrido en el caso del trasplante de Maryland, introducir en su genoma genes de ser humano. Así, el corazón que desarrolla el animal es en parte humano.

El corazón del cerdo editado genéticamente para el trasplante no produce las moléculas que nuestro sistema inmunitario reconoce como extrañas. Y no solo eso. Al introducirle genes humanos, consiguen que ese corazón diseñado produzca las moléculas exactas que el organismo reconoce como propias de nuestra especie. De algún modo, se produce un “engaño” al sistema inmune del receptor. Ese corazón está realmente humanizado.

En los últimos años ya se había conseguido que primates no humanos vivieran con corazones de cerdo durante años.

Ahora, el trasplante de órganos que han llevado a cabo en Maryland, ha demostrado por primera vez que un corazón de animal modificado genéticamente puede funcionar como un corazón humano sin un rechazo inmediato por parte del cuerpo.

Se insertaron en el genoma seis genes humanos responsables de la aceptación inmunológica del corazón de cerdo

Tres genes, responsables del rápido rechazo de los órganos de cerdo por parte de humanos mediado por anticuerpos, fueron “eliminados” en el cerdo donante. Además, se insertaron en el genoma seis genes humanos responsables de la aceptación inmunológica del corazón de cerdo. Por último, se eliminó un gen adicional en el cerdo para evitar el crecimiento excesivo del tejido del corazón del cerdo. En total, se realizaron 10 ediciones genéticas. Abramos paso al futuro.

Información de: Centro Médico de la Universidad de Maryland en Baltimore, Maryland.