Por primara vez, y de forma accidental, un escáner de un cerebro humano ha revelado datos sobre lo que ocurre en el instante de morir

A veces la ciencia puede avanzar gracias a un accidente. En 2016 los investigadores de la Universidad de Toronto, en Canada, estaban estudiando la actividad cerebral de un hombre canadiense de 87 años que padecía de epilepsia. El equipo estaba realizando un electroencefalograma (EEG) para analizar lo que ocurría durante los ataques. Por desgracia, en ese momento el hombre sufrió un repentino y fatal ataque al corazón. Lo que ocurrió acaba de publicarse en un artículo de la revista Frontiers in Aging Neuroscience.

La inesperada muerte del paciente se convirtió accidentalmente en  la primera grabación de un cerebro en el momento de morir. Durante los 30 segundos anteriores y posteriores a la parada del corazón del hombre, sus ondas cerebrales eran notablemente similares a las observadas durante los sueños, el recuerdo y la meditación, lo que sugiere que es posible que las personas pueden ver su vida «pasar ante sus ojos» cuando mueren.

En esos 30 segundos anteriores y posteriores a la parada de su corazón se produjo un cambio inusual en las ondas cerebrales

Algunas personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte han informado del fenómeno de la repetición de recuerdos pasados al morir. Pero ésta es la primera prueba científica de que este flashback podría ser real. Sin embargo, al tratarse del único estudio de caso, es imposible hacer más suposiciones sobre lo común que puede ser el fenómeno o cómo puede ser la experiencia.

En total, los investigadores registraron unos 900 segundos de actividad cerebral antes e inmediatamente después de la muerte del paciente. Esto les permitió ver cómo sus ondas cerebrales cambiaban mientras moría. En esos 30 segundos anteriores y posteriores a la parada de su corazón se produjo un cambio inusual: aparecieron las llamadas ondas gamma.

Las ondas cerebrales se clasifican por su frecuencia. Las ondas gamma tienen una frecuencia de entre 30 y 100 hercios, la más alta de todas, y se observan con mayor frecuencia en el cerebro cuando las personas acceden a su centro de memoria, la región llamada hipocampo, durante los sueños.

El equipo también recopiló datos sobre otros tipos de oscilaciones durante la muerte, como las ondas delta, theta, alfa y beta. Pero fueron las ondas gamma las que apuntaron a que el hombre repetía en su cerebro los recuerdos de toda su vida, un fenómeno conocido como recuerdo vital.

Los experimentos con ratas han demostrado que los roedores también experimentan niveles similares de oscilaciones gamma alrededor del momento de la muerte. Por lo tanto, los investigadores especulan que el recuerdo de la vida puede ser una experiencia universal compartida por la mayoría de los cerebros de los mamíferos que mueren, aunque las pruebas que lo respaldan son mínimas.

Todavía queda mucho por descubrir. El paciente era anciano y padecía epilepsia, que se sabe que altera la actividad de las ondas gamma. Además, no hay forma de saber si el hombre estaba realmente viendo sus recuerdos pasados o si sólo estaba en un estado onírico provocado por el deterioro de su sistema nervioso.

REFERENCIA

Enhanced Interplay of Neuronal Coherence and Coupling in the Dying Human Brain