Uno de los 18 espejos dorados del observatorio espacial de la NASA, el Telescopio Espacial James Webb, fue golpeado por una pequeña roca espacial más grande que cualquier cosa con la que lo probaron en tierra. El telescopio está bien después del impacto, pero la noticia ha actualizado los riesgos de la misión.

Todo continua en perfecto estado, asegura la NASA en un comunicado, y se mantiene el 12 de julio como la esperadísima fecha en la que compartirán las primeras imágenes a todo color de un telescopio que promete cambiar nuestra mirada del universo, el James Webb.

Las posibilidades de impacto con micrometeoritos

Antes de su lanzamiento, el sábado 8 de enero, la NASA realizó una transmisión en la que mostraba lo probable que era que el James Webb fuera golpeado por pequeñas partículas de desechos espaciales, como micrometeoroides, pequeños fragmentos de meteoros y otros objetos, que normalmente pesan menos que una cucharadita de sal.

Cualquier nave espacial sufre muchos impactos en el transcurso de largas y productivas misiones científicas en el espacio.

Entre el 23 y el 25 de mayo, el Telescopio Espacial James Webb de la NASA sufrió un impacto en uno de sus segmentos primarios del espejo. Después de las evaluaciones iniciales, el equipo descubrió que el telescopio todavía funciona a un nivel que supera todos los requisitos de la misión a pesar de un efecto marginalmente detectable en los datos.

Se están realizando análisis y mediciones exhaustivos. Los impactos continuarán ocurriendo durante la totalidad de la vida de Webb en el espacio.

El espejo de Webb fue diseñado para soportar el bombardeo del entorno de micrometeoritos en su órbita alrededor del Sol-Tierra L2 de partículas del tamaño de polvo que vuelan a velocidades extremas.

“Siempre supimos que Webb tendría que capear el entorno espacial, que incluye la luz ultravioleta fuerte y las partículas cargadas del Sol, los rayos cósmicos de fuentes exóticas en la galaxia y los impactos ocasionales de micrometeoroides dentro de nuestro sistema solar”, explica Paul Geithner, subdirector técnico de proyectos en el Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland. “Diseñamos y construimos Webb con margen de rendimiento (óptico, térmico, eléctrico, mecánico) para garantizar que pueda realizar su ambiciosa misión científica incluso después de muchos años en el espacio”.

De dónde salió el micrometeorito que impactó con Webb

Este impacto más reciente no fue el resultado de una lluvia de meteoritos y actualmente se considera un evento fortuito inevitable. Como resultado del  impacto, se formó un equipo especializado de ingenieros para buscar formas de mitigar los efectos de más impactos de micrometeoritos de esta escala.

Lee Feinberg, gerente de elementos del telescopio óptico Webb en NASA Goddard explica: “Desde el lanzamiento, hemos tenido cuatro impactos de micrometeoritos medibles más pequeños que fueron consistentes con las expectativas, y este más reciente es más grande de lo que asumían nuestras predicciones de degradación. Usaremos estos datos de vuelo para actualizar nuestro análisis de rendimiento a lo largo del tiempo y también desarrollaremos enfoques operativos para asegurarnos de maximizar el rendimiento de imágenes de Webb en la mejor medida posible durante muchos años”.