Por Maite Vence / Twitter: (@maite_vence) y (@ScienceTourism)

Hace setenta años nadie imaginaba que un árbol pudiese vivir 4000 años. Hoy sabemos que en España hay algunos que superan los 2000

Le debemos este hallazgo a Edmund Schulman, dendrocronólogo de la Universidad de Arizona, que en 1953 descubrió los árboles vivos más antiguos del planeta.

La localización del árbol más anciano del mundo es un secreto

El ejemplar de más edad descubierto por Schulman fue Matusalén, sobrenombre dado a un pino longevo (Pinus longaeva), cuya edad estimada es de más de 4850 años. Su localización exacta se mantiene en secreto para protegerlo, aunque se sabe que se encuentra situado en el Bosque Nacional Inyo, en el centro de California, Estados Unidos, donde además de Matusalén hay muchos más pinos milenarios.

La técnica empleada por Edmund Schulman, denominada de fechados dendrocronológicos, fue desarrollada a principios del S. XX  por A. E. Douglass, fundador del Laboratorio de Investigación de los Anillos de los Árboles, en la Universidad de Arizona, del que Schulman era discípulo. Gracias a esta técnica es posible fechar de forma bastante precisa la edad de la madera, y como consecuencia, la evolución del clima en el pasado.

Si bien, conocer con precisión  la edad de estos árboles no es una tarea sencilla, lo cierto es que los métodos y las investigaciones sobre el tema han evolucionado mucho desde ese primer hallazgo, y gracias a las características de los anillos de crecimiento, a las pruebas de carbono o a la telemetría láser, se pueden determinar fechas muy próximas al nacimiento.

En España, no obstante, existe cierta controversia a la hora de datar las edades de nuestros árboles milenarios.  Aunque los factores externos influyen, la longevidad de un árbol va también asociada a su familia, es por ello que las especies que normalmente superan los 1000 años son olivos, tejos, pinos, robles, castaños y encinas. Todas ellas, especies de crecimiento lento y que desarrollan maderas densas y fuertes. Se conservan un buen número de ellas por toda la geografía, a pesar de las inclemencias climáticas, los desastres naturales y todos aquellos problemas causados por las excesivas talas e incendios.

Poder contemplarlos en directo, comprendiendo algo más de su pasado milenario, y la valiosísima información que esconden sobre la historia de la Tierra, es una experiencia increíble tanto si eres un amante de la botánica como si no. Su majestuosidad no deja indiferente.

Desde Observer Science Tourism te proponemos que visites algunos de estos increíbles y raros árboles, pero eso sí, no caigas en la tentación de “abrazarlos” porque, aunque muchos están vallados para evitarlo, otros no, pero necesitan igualmente su espacio y tu cuidado.

La Farga de Arion, Ulldecona (Tarragona)

Edad estimada: 1701 años

El olivo que nació en la época del emperador romano Constantino

Es considerado como el olivo (Olea europaea var. europaea) más antiguo de España según un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), dirigido por el catedrático de Dasometría de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes, Antonio Prieto. Nació, según este estudio,  en torno al año 314, época del emperador romano Constantino (306-337 d.C.). Este olivo, por sus medidas (8 metros de perímetro de tronco a 1,30 metros del suelo y 18 metros de perímetro de base) es el mayor de Cataluña.

Carballo grande de Cartelos, Carballedo (Lugo)

Edad estimada: Entre 1500 y 2000 años

Se trata de un roble común de la especie Quercus robur.  Está considerado uno de los ejemplares más singulares y mejor conservados de España. Teniendo en cuenta su gran tamaño (32 metros) y su lento crecimiento, la dendrometría lo sitúa ante uno de los árboles autóctonos vivientes de esta especie de mayor longevidad del mundo. En 1967, técnicos del Instituto de Investigaciones Forestales de Madrid, practicaron un pequeño orificio en el tronco y extrajeron una muestra transversal en la que contabilizaron hasta 2.000 anillos de crecimiento anual. Está ubicado en el Pazo de Cartelos, rodeado de una carballeira centenaria.

Tejo de Barondillo, Sierra de Guadarrama (Madrid)

Edad estimada: Entre 1500 y 2000 años

El Tejo milenario es un árbol conífero de la familia Taxaceae. Es probablemente la especie viva más longeva de la Comunidad de Madrid y de la Sierra de Guadarrama.  Posee un tronco hueco de unos 3 metros de diámetro, tiene una altura de 8 metros, una copa de 15 metros de anchura y 9,10 metros de perímetro de tronco. En 1985 fue protegido por la Comunidad de Madrid al entrar en el catálogo de especies protegidas en la categoría de árboles singulares.

Sabina Albar, Chirivel, (Almería)

Edad estimada: Superior a 1000 años

Se trata de un ejemplar milenario único de sabina albar (Juniperus thurifera) que crece en el Parque Natural Sierra de María-Los Vélez. Este árbol, de 20 metros de altura y grandes dimensiones, se conserva como un reducto de los bosques esteparios de la época terciaria a pesar del duro clima continental con fuertes oscilaciones térmicas y periodos de sequía estivales, propios de esa época. Es Monumento Natural desde 2003 y está, por tanto, protegido. Se encuentra vallado para mayor cuidado.

Drago Milenario, Icod de los Vinos, (Tenerife)

Edad estimada: Entre 800 y 1000 años

No es estrictamente un árbol, y estudios recientes le han rejuvenecido más de 2.000 años

Fue declarado Monumento Nacional en 1917, algo insólito para la época. El drago (Dracaena draco) es una planta de porte arbóreo perteneciente al grupo de las Monocotiledóneas, que posee un crecimiento secundario anómalo y más que estrictamente un árbol, es una herbácea leñosa. Este hecho hace más difícil su datación exacta porque no produce anillos, ni renueva su corteza de forma cíclica. Antiguamente se le atribuía una edad de 3000 años, no obstante, según estudios más recientes, estaría en torno a 800 o 1000 años.

En la actualidad es el más grande y longevo que se conoce en el mundo en su especie. Mide unos 18 metros de altura y tienen un perímetro en la base de tronco de veinte metros.

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