Los edificios que tienen partes suspendidas en el aire, ancladas en un extremo, son uno de los grandes logros de la ingeniería y al mismo tiempo despiertan nuestro vértigo y admiración

Todos conocemos la ley de la palanca de Arquímedes en física: la fuerza aplicada a en un extremo multiplicada por su brazo iguala al producto de la fuerza y el brazo del otro lado. En algún momento alguien decidió que esto era muy aburrido y había que llevarlo al extremo.

“Dame un punto de apoyo y moveré el mundo”, dijo el sabio griego. Cuando el brazo de un extremo es suficientemente corto, el otro nos parece imposiblemente largo. Es lo que ocurre cuando nos ponemos en el extremo de la plancha de un trampolín, y lo que sentimos al asomarnos por el balcón en el extremo inclinado de la Torre de Pisa.

En un voladizo, no tenemos punto de apoyo debajo de nosotros, sino detrás, y una parte de nuestro cerebro está en tensión con el temor atávico de que ese apoyo falle y nos precipitemos al vacío. En el caso de las personas con acrofobia, miedo a las alturas, es una experiencia extremadamente desagradable.

Pero a lo largo de la historia este temor no ha impedido que arquitectos e ingenieros construyan estructuras en voladizo que parecen imposibles, desafiando la ley de la gravedad con la ley de la palanca. Estos son algunos ejemplos asombrosos que puedes tener muy cerca.

La torre de Pisa, Italia

torre de Pisa

En este caso se trata de un voladizo involuntario, no intencionado, o quizá un voladizo negligente. La torre del campanario estaba recta cuando se empezó a construir en 1173, pero el suelo arcilloso hizo que comenzara a escorarse.

Ya en 1275 las tres nuevas plantas que se añadieron estaban ligeramente descentradas para compensar esta inclinación. Un año más tarde se completó, y desde entonces la torre ha tenido épocas de mayor y menor avance en su torcimiento, y desesperados intentos para evitar que se caiga. El desplazamiento actual respecto al eje es de 4,5 metros en su parte más alta.

Torre Mare Nostrum, Barcelona

torre mare nostrum

Este edificio de oficinas en la playa de la Barceloneta, en la capital catalana, se inauguró en 2008, tiene 20 plantas y se eleva 86 metros. La parte sorprendente son dos bloques horizontales acristalados inferiores que sobresalen y están en voladizo de la torre principal.

Parece como si otro rascacielos atravesara la torre en horizontal entre las plantas cinco y nueve. El voladizo tiene una luz de 40 metros y está a 20 metros de altura sobre la plaza en la que encuentra.

Palau de les Arts Reina Sofía, Valencia

Palau de les arts

Santiago Calatrava es un arquitecto famoso por la belleza indiscutible de sus edificios y por la controversia incesante que los persigue: diseños difíciles de usar, presupuestos disparatados muy por encima de lo previsto y serios problemas de mantenimiento de las estructuras.

El edificio que alberga el teatro de ópera, ballet, teatro y música en la ciudad de Valencia es un imponente casco de guerrero de más de 40.000 metros cuadrados y una altura de 75 metros. Lo más llamativo es la cubierta en forma de una inmensa pluma metálica que está soportada mediante dos apoyos en la parte central, quedando el extremo totalmente en voladizo sobre el edificio.

El granero balancín en Sufolk, Reino Unido

balancing barn

The Balancing Barn se llama así porque la mitad de esta construcción está suspendida en el aire, en un delicado equilibrio sobre el borde de una colina. En realidad no es un granero, sino una preciosa casa de alquiler para escapadas en el campo.

La construyó la firma holandesa MVRDV y se inauguró en 2010. Está revestida de azulejos plateados y tiene capacidad para ocho personas, con vistas sobre los bosques, estanques y praderas circundantes. En la visita no puede faltar el acto de fe de usar el columpio que se encuentra debajo del lado suspendido de la casa.

Viaducto del río Tajo, Cáceres

viaducto Tajo

No es el más largo, pero sí uno de los más altos del mundo. Este viaducto de 1.488 metros de largo que salva el río Tajo cerca del embalse de Alcántara, lleva a cuestas al tren de alta velocidad Madrid-Extremadura, que terminará conectado la capital con Portugal. El proyecto se terminó en 2019 y la altura media sobre el río es de 90 metros.

Las restricciones medioambientales requerían que el viaducto no tuviera pilares en el lecho del río, y el arco se apoya fuera, en las rocas de las orillas, de las que hubo que perforar más de 7.000 metros cúbicos de roca. Dos de las grúas-torre empleadas tenían 140 metros de altura. La luz del arco, es decir, la distancia entre sus extremos, es de 324 metros.

Lo asombroso es que este puente se construyo en voladizo desde las dos orillas, cada mitad del arco sujeta por tirantes, hasta que finalmente se unieron en el centro, como muestra este vídeo.

Holmenkollbakken en Oslo, Noruega

Holmenkollbakken

La capital Noruega alberga el Holmenkollbakken, una pista de saltos de esquí artificial que alcanza los hasta 197 pies en su punto más alto. Terminada en 2010, la estructura está sobre la colina original donde se disputaban estas pruebas, que fue ampliada sucesivamente en 19 ocasiones hasta llegar a su impresionante forma actual.

El punto más alto de la estructura tiene una altura de 120 metros, y la parte más empinada tiene una pendiente de 35,7 grados, a 105 metros del punto de despegue. Es la única pista de saltos del mundo con una pantalla de viento permanente construida como parte de la construcción, y la única de acero.

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