Es el protagonista de una famosa novela de Umberto Eco, y un sencillo experimento para demostrar que la tierra está girando
Hace casi dos milenios el astrónomo griego Ptolomeo imaginó el universo con la Tierra inmóvil en el centro y todos los planetas y estrellas en rotación a su alrededor. Hicieron falta quince siglos y la invención del telescopio para colocar la Tierra en su lugar, una roca dando vueltas alrededor del sol, una estrella de segunda división, y a su vez dando vueltas sobre sí misma como una peonza.
El experimento que podía probar la rotación de la Tierra estaba al alcance de la mano, con un uso mínimo de la tecnología mínima, durante todo ese tiempo: el péndulo. Pero se hizo esperar aún tres siglos más.
El Panteón, París
En 1851, físico francés Léon Foucault colgó una balan de cañón de plomo de 28 kilos de peso unida un cable de 67 metros de longitud de la cúpula del Panteón de París. En este edificio construido justo antes de la Revolución descansan los restos de franceses ilustres, aunque Foucault no se encuentra entre ellos.
El péndulo eran tan grande que tenía una oscilación muy lenta, de unos 16 segundos. En ese tiempo dibujaba una línea sobre el suelo. Si la tierra se mantuviera estática, el péndulo dibujaría siempre la misma línea, pero como está girando, la orientación de esta línea rotaba dibujando una estrella.
Si el péndulo se encontrara exactamente en el polo norte, dibujaría la estrella en 24 horas, que es lo que tarda en girar el planeta. Como París se encuentra en una latitud menor, el péndulo de Foucault dio la vuelta entera en unas 31 horas.
En 1855 se trasladó el péndulo al Conservatorio de Artes y Oficios de París, y aunque volvió brevemente al Panteón, allí es donde hoy se encuentra… en una vitrina. En 2010 el cable se rompió y el péndulo hizo un buen agujero en el suelo de mármol. El que se puede ver funcionando es una réplica. Cómo no, en el Panteón hay otra réplica exacta.
Museo Cosmocaixa, Barcelona
CosmoCaixa ocupa las instalaciones del que fue el primer Museo de la Ciencia interactiva de España, inaugurado el año 1981. Entre las cosas que ya existían en el museo original se encuentra este péndulo, en el que al oscilar y cambiar de orientación tumba unas varillas colocadas en círculo.
Casa de las Ciencias, A Coruña
El Museo de la Ciencia de La Coruña cuenta con uno de los péndulos de Foucault más antiguos de España, de cinco pisos de altura.
Real Observatorio Astronómico, Madrid
Aunque la contaminación ha mermado la utilidad de los telescopios del Real Observatorio Astronómico de Madrid, en su entrada se puede ver un péndulo de Foucault de 12 metros de altura.
Museo de las Ciencias Príncipe Felipe, Valencia
En la Ciudad de las Artes y las Ciencias, dentro del edificio que alberga el museo de Ciencia, se encuentra este espectacular péndulo de Foucault expuesto al público.
En Santander hay un péndulo de Foucault en el hall principal del edificio de la empresa CIC,[16] en el Parque Científico y Tecnológico de Cantabria (PCTCAN). Tiene 17 metros de longitud y una masa de esfera de 120 kilogramos.
En Valencia, en el Museo de las Ciencias Príncipe Felipe de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, hay otro péndulo de Foucault expuesto al público.
En Salamanca, en el Edificio Trilingüe de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Salamanca, donde se imparten las clases del Grado en Física.[17] En Valladolid, en el Museo de la Universidad de Valladolid, en el Museo de las Artes y las Ciencias.
En Valladolid, en el Museo de la Ciencia, donde está suspendida de un cable de 11 metros de longitud y formada por una esfera de 80 kilogramos.[18] En Becerril de Campos, en el Museo de la Ciencia, donde está suspendida de un cable de 11 metros de longitud y formada por una esfera de 80 kilogramos.
En Becerril de Campos, en el Centro Cultural de la Iglesia de San Pedro, hay un péndulo de Foucault junto con otros elementos para el estudio de la astronomía[19] En Castellón, en el primer plano del Museo de la Ciencia, hay una esfera que pesa 80 kilogramos.
En Castellón, frente a su Planetario.[20] En Castellón, en el Planetario.
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