Cuando pensamos en ir a la playa nos planteamos acercarnos a la orilla de alguno de los mares y océanos del mundo, pero también hay playas de arena dorada tierra adentro

Las playas del Caribe, la Polinesia, las playas del Mediterráneo, las de California y las de Australia. Cualquiera de esos destinos nos sugiere imágenes de olas, arena, tumbonas y sombrillas, con gente feliz tostándose al sol. Pero las fotos que ves hoy aquí tienen algo distinto: son playas que se encuentran tierra adentro, a veces a cientos de kilómetros de la costa. Los lagos, ríos y mangas subterráneas de agua de mar lo hacen posible.

Lago Baikal, Siberia, Rusia

Playa lago Baikal

El lago Baikal es el lago de agua dulce más antiguo del mundo, el más profundo y el más grande, ya que contiene el 20% del agua dulce del planeta. También tiene en su orilla muchas playas para disfrutar de sus (frías, la mayor parte del tiempo) aguas. Lo mejor es planificar la visita durante el verano siberiano. La mayor parte de los visitantes se concentran en la orilla occidental, pero en la orilla oriental, menos visitada, se pueden encontrar pinos, dunas de arena y playas tranquilas perfectas para acampar.

Playa de Gulpiyuri, Asturias, España

playa Gulpiyuri

En Asturias encontramos esta rareza: una playa de arena y agua salada en medio de un prado, a 100 metros del mar? La playa de Gulpiyuri, cerca de Llanes, es una de las playas más extrañas del mundo. Se encuentra aislada de la costa tras unas colinas cubiertas de hierba tiene forma de concha y sus olas de agua salada se deben a que está conectada con el mar por una serie de túneles subterráneos por los que fluye el agua cuando cambia la marea.

Foto: Walimai.photo

Cataratas Havasu, Arizona, EE UU

Arizona playa Havasu

Cuando se visita el Gran Cañón del Colorado en Arizona hay que tomar una difícil decisión. Bajar o no bajar al cauce del río, un kilómetro de caída desde el borde, y una caminata de 16 kilómetros por las paredes rocosas. También se puede tomar un helicóptero, pero si la respuesta es sí, abajo esperan las cataratas Havasu, que no sólo son impresionantes, sino que además están prácticamente libres de multitudes. El agua de lluvia, se mantiene a una temperatura constante durante todo el año, por lo que el baño en esta pequeña playa rocosa al pie de la cascada es un regale en cualquier época.

Foto: VANKUSO

Lago Malawi, África

playa lago malawi

Para descansar después de un safari en Tanzania no hace falta escaparse a la isla de Zanzibar. Una de las maravillas más inesperadas de África son grandes lagos. Uno de los más bellos se encuentra en el pequeño país de Malawi, entre Tanzania y Mozambique. Su aguas cristalinas cubren una asombrosa superficie de más de 29.000 km cuadrados y está bordeado de playas de arena blanca.

Playa de North Avenue, Chicago, EE UU

north avenue beach

Chicago es una ciudad de grandes e impresionantes rascacielos, donde hace mucho frío la mayor parte del año. Pero pocos se esperan las espectaculares playas a la orilla del lago Michigan, que se encuentran a mil kilómetros del océano. Muchos locales optan por North Avenue Beach, ya que ofrece unas espectaculares vistas de los rascacielos de fondo, aunque hay decenas de playas más. Además de nadar en las aguas dulces del lago, hay muchas otras opciones, desde voleibol hasta alquiler de bicicletas y kayaks.

Foto: Frank Gruber

Lago Tahoe, Nevada, EE UU

lake tahoe

Nevada es un destino turístico muy conocido en EE UU. En invierno, la gente acude a las montañas de los alrededores para esquiar, pero en verano, la atención se centra en el lago Tahoe, una creación de la Edad de Hielo con una asombrosa profundidad de 500 metros. La orilla está salpicada de bonitas playas, entre ellas Sand Harbor, donde se puede perseguir a los pececillos y cangrejos de río entre las piscinas de roca de granito, nadar hasta una de las islas o simplemente descansar en la fina arena blanca.

Walden Pond, Massachusetts, EE UU

Walden pond

El escritor Henry David Thoreau se retiró a escribir y llevar una vida simple aislada del mundo en una pequeña cabaña a orillas del estanque Walden. El resultado fue la obra del mismo título. Más de 150 años después, la lectura de Walden nos anima a acercarnos a este bello lugar rodeado de bosques y tumbarnos en las playas que lo bordean.

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