Durante el periodo islámico medieval, la Península Ibérica se convirtió en la capital de las matemáticas del mundo, que debemos a los eruditos musulmanes de Al-Ándalus

La Primera Edad Media se ha denominado en ocasiones «los años oscuros», donde supuestamente la humanidad vivió una época de barbarie, pobreza e ignorancia. Hoy sabemos que no fue así. En concreto, la Península Ibérica, bajo dominación árabe, se convirtió en uno de los lugares más avanzados donde florecieron las matemáticas. Aquí se realizaron importantes contribuciones que han llegado hasta nuestros días, como la introducción de los números arábigos y el desarrollo del álgebra.

Las ciudades de Al-ándalus, y en especial Córdoba, capital del califato, fueron un centro de producción de estudios y textos matemáticos. Eruditos como Al-Majriti, Al-Andalus, Ibn Aflah y Al-Jayyani hicieron importantes contribuciones a la trigonometría, la astronomía y otras ramas de las matemáticas. Sus obras se tradujeron al latín y tuvieron un impacto significativo en el desarrollo de las matemáticas en Europa.

Además, las técnicas matemáticas se utilizaron en diversos campos prácticos, como la construcción de edificios y el desarrollo de sistemas de riego, así como en cálculos astronómicos, navegación y elaboración de mapas.

Vamos a seguir a estos tres matemáticos de Al-Ándalus hasta las ciudades donde vivieron y descubrir su obra:

Madrid: Al-Majrīṭī

Maslama al-Majrīṭī (950–1007) fue un matemático, astrónomo y filósofo del siglo X que vivió en la ciudad de Madrid, en la España islámica. Fue uno de los principales matemáticos de su época, pero no se quedó en un solo campo de la ciencia.

Al-Majrīṭī participó en la traducción del Planisphaerium de Ptolomeo, mejoró las traducciones existentes del Almagesto, también de Ptolomeo. Además introdujo y mejoró las tablas astronómicas de Muhammad ibn Musa al-Khwarizmi y ayudó a los historiadores elaborando tablas para convertir las fechas persas en años Hijri. Como matemático introdujo las técnicas de la  topografía y triangulación, el origen de la trigonometría actual. También escribió un libro sobre la fiscalidad y la economía de al-Andalus[3].

Al-Majrīṭī también predijo el intercambio científico y el advenimiento de redes para la comunicación científica. Construyó una escuela de Astronomía y Matemáticas y marcó el inicio de la investigación científica organizada en al-Andalus. Se le considera uno de los fundadores de la madrasa de Córdoba, un centro de aprendizaje e investigación científica que desempeñó un papel fundamental en la transmisión del conocimiento matemático y científico en el mundo islámico.

Jaén: Al-Jayyani

Ibn Mu’adh al-Jayyani ((989-1079) fue un matemático y astrónomo hispano-árabe que vivió en lo que hoy es Jaén. Fue una figura importante en el campo de las matemáticas y realizó importantes contribuciones al desarrollo de la trigonometría. Una de sus obras más importantes es «Kitab al-Tadhkira fi’l-Hisab al-Hindi» (Libro de memorias sobre la aritmética hindú), un tratado de matemáticas que trataba sobre el uso de los números hindúes-árabes y su aplicación a la aritmética y el álgebra. Esta obra fue una de las primeras en introducir el sistema decimal y el uso del símbolo cero en el mundo islámico.

Al-Jayyānī escribió «El libro de los arcos desconocidos de una esfera», que se considera el primer tratado de trigonometría esférica. Su obra contiene fórmulas para triángulos rectángulos, la ley general de los senos y la solución de un triángulo esférico mediante el triángulo polar. También fue conocido por sus aportaciones al campo de la astronomía, entre las que destacan sus trabajos sobre el cálculo de tablas astronómicas y el uso de la trigonometría esférica.

Córdoba: Al-Andalusi

Said al-Andalusi (1029-1070) fue un filósofo, historiador y científico musulmán que contribuyó a diversos campos del saber, como las matemáticas, la astronomía y la filosofía. Al-Andalusi era conocido por su obra «Tabaqat al-Umam» (Categorías de naciones), en la que establecía comparaciones entre distintas culturas y civilizaciones, como los antiguos griegos, romanos, persas e indios, y analizaba sus aportaciones a la ciencia, la filosofía y la cultura.

En el campo de las matemáticas, Al-Andalusi contribuyó al estudio del astrolabio, aparato utilizado para observaciones y cálculos astronómicos. También escribió sobre el uso de números en aritmética y álgebra, y realizó importantes contribuciones al estudio de la trigonometría. En la segunda mitad del Tabaqat al-Umam se pueden encontrar aportaciones a los campos de la lógica, la filosofía, la geometría, el desarrollo de la astronomía ptolemaica, los métodos de observación, los cálculos en trigonometría y matemáticas para determinar la duración del año, la excentricidad de la órbita solar y la construcción de tablas astronómicas, entre otras cosas.

Sevilla: Ibn Aflah

Jabir ibn Aflah (1100-1150) fue astrónomo, matemático y geógrafo. Hizo correcciones críticas al Almagesto de Ptolomeo, especialmente la base matemática de la obra. Por ejemplo, sustituyó el teorema de Menelao por otros basados en la trigonometría esférica, en lo que parece un intento de aumentar la precisión matemática. Jābir situó las órbitas de Venus y Mercurio, los planetas menores, fuera de la del Sol, en lugar de entre la Luna y el Sol, como había ocurrido en la obra original.

Las teorías Jabir Ibn Aflah se basan en las de Al-Jayyani, a quien no menciona en sus obras. A cambio, gran parte del material sobre trigonometría esférica de la obra del alemán del siglo XV Regiomontanus «Sobre los triángulos» fue tomado directamente y sin crédito de la obra de Jābir.

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