A pesar de lo extendido que está el mito, es imposible que los restos de los dinosaurios dieran lugar a los depósitos de petróleo

Un reciente vídeo de TikTok rezaba: «Si el petróleo está hecho de fósiles de dinosaurios… y el plástico está hecho de petróleo… ¿los dinosaurios de plástico están hechos de dinosaurios de verdad?». Seguro que alguna vez has oído que este líquido está hecho de los restos de dinosaurios enterrados hace millones de años. Esto te puede llevarte a pensar que estás poniendo restos de velocirraptor o tiranosaurio rex en el depósito de tu coche. Pero, por muy extendida que esté esta creencia, no es cierta. El petróleo no se originó a partir de los cuerpos descompuestos de antiguos reptiles.

El geólogo noruego Reidar Müller, de la Universidad de Oslo, está harto de este mito y ha publicado un artículo (en noruego) desmintiéndolo. «El petróleo procede de billones de diminutas algas y plancton», explica Müller. El mito podría haberse originado porque «hemos encontrado esqueletos de grandes reptiles prehistóricos, como plesiosaurios e ictiosaurios, en la misma capa que el petróleo que se encuentra en Svalbard (Noruega)». Sin embargo estos restos no pueden explicar la cantidad de petróleo existente. «Es posible que un poco de petróleo proceda de ellos», afirma el geólogo.

A medida que las algas y el plancton morían hace decenas o cientos de millones de años, se hundían en el fondo del mar, donde se acumulaban y quedaban enterradas por capas y capas de sedimentos. Finalmente, tras millones de años en un entorno de alta presión y bajo oxígeno, las algas y el plancton se «cocinaron» y se convirtieron en ese aceite negro y pegajoso, del que los humanos aparentemente no nos saciamos a pesar de la amenaza de una emergencia climática. A partir de ahí, se filtra hacia arriba hasta chocar con rocas que no puede atravesar, lo que nos obliga a perforarlo (o a que algún otro desastre natural lo libere de nuevo).

Aunque los dinosaurios marinos podían terminar en el fondo del océano tras su muerte, es poco probable que se convirtieran en petróleo. Esto se debe, en parte, a que se necesita un entorno carente de oxígeno para convertir la materia orgánica en este líquido. Una vez muertos, se habrían convertido en comida para criaturas acuáticas más pequeñas, que los habrían despedazado hasta llegar a los huesos, mucho antes de que pudieran ser enterrados.