El secreto de los escritorios elevables no es trabajar de pie, sino cambiar de postura, y hacerlo más sencillo con motores y memorias puede ser la clave

En la era moderna, donde el trabajo de oficina, el teletrabajo en casa y las largas jornadas frente al ordenador se han convertido en la norma, hay que prestar más atención a la ergonomía, es decir, la forma en la que nuestro entorno y postura influye en nuestro rendimiento.

Aquí las las mesas elevables surgen como una solución que promete mitigar algunos de los problemas asociados a estar sentados durante largas horas, al ofrecer una forma más dinámica y adaptable de organizar nuestro espacio de trabajo.

Los escritorios elevables no son simplemente una moda pasajera en el diseño de oficinas, sino que ofrecen ventajas tangibles tanto para nuestra salud como para nuestra productividad. Una de las mayores preocupaciones de un estilo de vida sedentario es el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Según la Organización Mundial de la Salud, la inactividad física es el cuarto factor de riesgo en lo que respecta a la mortalidad global. Un estudio encontró que las personas que pasan más tiempo sentadas tienen un riesgo un 82% mayor de sufrir eventos cardiovasculares.

Las mesas elevables permiten a los usuarios alternar entre posiciones sentada y de pie, fomentando el movimiento y la actividad física incluso en un entorno de oficina. Sin embargo, esto solo ocurre cuando se usan. Según una revisión de estudios, las personas que disponían de escritorios elevados para trabajar de pie, en realidad pasaban mucho tiempo sentadas.

Presionando un botón

La facilidad para cambiar de la posición de pie a sentados es uno de los factores determinantes a la hora de utilizar los escritorios elevables. Esta es la principal ventaja de los escritorios con un sistema eléctrico frente a otras opciones manuales: basta con apretar un botón para que el tablero cambie de altura.

En el modelo E7 Pro de Flexispot esta facilidad se ve además mejorada por la rapidez. El tablero sube y baja a una velocidad de 4 centímetros por segundo, lo que hace que pasar de la posición sentada (generalmente 70 centímetros) a la posición de pie (alrededor de 100 centímetros) sea cuestión de apenas 7 segundos. Esta transición es además muy silenciosa, ya que sus dos motores, uno por pata, tienen un nivel sonoro inferior a 50 dB, el de una conversación en un tono normal.

El ajuste puede realizarse desde la pantalla de control digital, con los botones para elevar o hacer descender el tablero, pero aún más importante, el escritorio incorpora cuatro memorias de altura: una para la posición sentada, otra para la posición de pie, y dos memorias adicionales. En el mismo panel de control hay disponible un puerto USB para cargar dispositivos de forma cómoda.

Los dos motores de elevación, además de proporcionar un movimiento muy suave, son capaces de soportar una carga de 160 Kg sobre la mesa. Además, las transiciones son muy seguras, ya que un sistema de seguridad evita que lo accionen niños y mascotas.

La base permite acomodar tableros entre 110 y 190 centímetros de ancho, y sus patas en forma de C hacen que el espacio bajo la mesa se pueda aprovechar mucho mejor. Los cables del equipo informático y el propio escritorio quedan ocultos en bandejas portacables magnéticas bajo el tablero.

Motivos de peso para usar una mesa elevable

La mala postura corporal es un problema común en ambientes de oficina, a menudo causado por mesas y sillas que no son ajustables para satisfacer las necesidades ergonómicas individuales. Esta mala alineación puede llevar a dolores crónicos y otros problemas de salud. Además de evitar el sedentarismo, una mesa elevable permite ajustar la altura para que la pantalla del ordenador esté al nivel de los ojos y los brazos en un ángulo de 90 grados, contribuyendo a una mejor alineación de la columna vertebral.

Esto a su vez reduce el dolor de espalda y mejora la concentración en el trabajo. El diseño adaptable de las mesas elevables permite además una flexibilidad que es especialmente útil en trabajos que requieren alternar entre diferentes tipos de tareas, como escribir, leer y reunirse con colegas.

¿Cómo resistir la tentación de estar sentados todo el tiempo? Una buena forma consiste en poner alarmas que nos recuerden que debemos cambiar la elevación de la mesa cada 45 minutos, ya que tampoco conviene estar de pie constantemente. Cuando suene la alarma, basta con apretar el botón.

Artículo ofrecido en colaboración con Flexispot. Visita la venta de otoño de Flexispot.