El sistema para que los coches eléctricos realicen la carga de forma inalámbrica comienza a probarse en la ciudad de Gotemburgo, Suecia

Ya se han empezado en Gotemburgo, Suecia, las pruebas de carga inalámbrica de una flota de taxis preparados por sobre la base del XC40 Recharge, la variante cien por cien eléctrica de estos coches de Volvo.

El sistema se basa en una plataforma integrada en la calzada capaz de transmitir energía al vehículo que se coloque sobre ella. El proceso es similar al de los teléfonos móviles que hacen la carga de forma inalámbrica. Bajo el asfalto se instala un circuito de cables de cobre alimentado con electricidad. La energía se transmite a la instalación de cobre que también recorre los bajos del coche mediante los campos electromagnéticos que se generan. De esta manera se logra que las baterías vuelvan a estar listas para su utilización.

Sin intervención del conductor

La recarga comienza automáticamente cuando el coche aparca sobre la plataforma de recarga. No es necesario que el conductor baje del coche porque la energía eléctrica será captada por una unidad receptora que hay en el vehículo a una potencia de más de 40 kW. Eso quiere decir que un coche como el Volvo XC40 Recharge tardaría una hora en cargar el 80% de su batería.

 

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Gracias al sistema de cámara 360º del Volvo XC40, el conductor puede situar el coche perfectamente sobre la plataforma sin bajarse del coche.

Esta prueba piloto se está llevando a cabo gracias al acuerdo de Volvo con Carbonline, la mayor compañía de taxis de los países nórdicos, y Momentum Dynamics, una de las empresas líderes en el sector de carga inalámbrica del sector y responsable de la instalación del sistema en las calles de Gotemburgo.

La previsión es que los Volvo XC40 taxis trabajen más de doce horas diarias y recorran unos 100.000 km al año, un verdadero reto teniendo en cuenta las limitaciones actuales que tiene un coche eléctrico en materia de autonomía.

Estas pruebas de recarga inalámbrica se engloban dentro de una iniciativa más amplia denominada Gothenburg Green City Zone. El propósito del proyecto sueco es utilizar ciertas zonas de la ciudad como campo de pruebas real para el desarrollo de tecnologías sostenibles y verificar la fiabilidad de los coches. El objetivo es conseguir que en el año 2030 el transporte urbano esté libre de emisiones en Gotemburgo.

Todos los resultados se analizarán para evaluar el potencial de la carga inalámbrica en futuros coches eléctricos y ofrecer alternativas reales al suministro de energía en este nuevo tipo de movilidad sostenible.