La población de buitres del Viejo Mundo se encuentra en peligro debido a un exceso de higiene. Desde el brote de la enfermedad de las vacas locas, la normativa de la Unión Europea exige más control en el manejo del ganado, su carne y sus despojos, precisamente el alimento del que se nutren las especies carroñeras. Como consecuencia, los animales muertos ya no se dejaban en el campo y estas aves empezaron a estar desnutridas, crecer más despacio y morir más jóvenes.Ante la señal de alarma, se establecieron comederos “oficiales” en determinadas zonas, pero sólo se consiguió desestabilizar los ecosistemas naturales.
Esta semana, un grupo de investigadores del Grupo de Estudio y Protección del Quebrantahuesos , el CSIC y la Universidad Miguel Hernández de Elche (Alicante) publican una carta en la revista Science en la que aseguran que “dejar los animales in situ –tomando las pertinentes precauciones sanitarias– es el método más ecológico, barato y eficiente para garantizar la conservación de los carroñeros”.
Una nueva normativa europea, prevista para 2010 o 2011 ya admitirá excepciones a las medidas higiénicas anteriores para garantizar la supervivencia de buitres, alimoches y quebrantahuesos.
Pilar Gil Villar