La mezcla de rasgos de ambos sexos se da en muchos vertebrados. Y resultaba un misterio, porque se creía que el sexo se determina en el embrión, cuando los genes inducen a las gónadas a diferenciarse en ovarios o testículos. Estas segregan entonces hormonas que diseñan el resto de rasgos sexuales. Pero en el Instituto Roslin de Edimburgo (Reino Unido) han estudiado gallos-gallinas y han descubierto que todas las células del cuerpo pueden «decidir» qué sexo adoptar, lo que produce estos casos mixtos.
Pilar Gil Villar