Cuando están nerviosas, se arrancan las plumas o se aletargan. En las granjas, las gallinas experimentan una ganancia menor de peso si tienen que competir en exceso por la comida o el hábitat. Los dueños de aves más inteligentes, como los loros, aseguran que sus mascotas pueden deprimirse por aburrimiento, simplemente por la pérdida de su juguete favorito. Pero, ¿se trata de una auténtica depresión?, ¿sienten realmente los pájaros una tristeza parecida a la humana?

Redacción QUO