¿Alguien recuerda aquella deliciosa película de Roger Corman titulada The little shop of horrors? En ella, una modesta floristería de barrio se convertía en un gran negocio gracias a la presencia de Audrey, una gigantesca (y voraz) planta carnívora.

Pues algo similar es lo que ha ocurrido en esta tienda de Houston, Texas, que ha visto cómo su número de visitantes se quintuplicaba gracias a la presencia de un enorme ejemplar de la llamada Flor cadáver (Amorphophallus titanum). Su nombre común se debe a que desprende un olor a carne podrida. Por cierto, la planta también se llama Audrey en homenaje a la película. Solo esperamos que, como en aquella, no la alimenten con cadáveres humanos.

Vicente Fernández López