El terremoto ocurrido en Chile en 2010 podría haber aumentado el riesgo de otro sismo en la región. Así lo señala un artículo publicado en la revista Nature Geoscience.

La costa chilena sufrió un sismo masivo de magnitud 8,8 en la escala de Richter y varios tsunamis el 27 de febrero de 2010 que produjo un balance de más de 500 muertos. El estudio señala que el terremoto rompió sólo una parte del segmento de la placa que ha ido acumulando tensión tectónica desde el otro sismo ocurrido en 1835, presenciado curiosamente por el naturalista británico Charles Darwin.

El descubrimiento, realizado por un equipo del Instituto Nacional de Geofísica e Vulcanología, en Roma, Italia, sugiere que no se habría eliminado el riesgo sísmico en la zona, sino que incluso se habría incrementado.

Los vulcanólogos, liderados por Stefano Lorito, utilizaron los datos del tsunami y las observaciones geodésicas para obtener conocer a fondo el movimiento de las placas tectónicas en la región del terremoto. Y han descubierto que durante el terremoto de 2010, el deslizamiento se produjo principalmente en el norte de la sección de la placa que se había mantenido intacta desde 1835, con una concentración secundaria de deslizamiento hacia el sur de esa región. 



El equipo de Lorito asegura que se esperaba que ocurriera un terremoto de gran magnitud en Chile, pero la ubicación exacta y la extensión fueron inesperados. El temblor del año pasado fue el más potente desde el sucedido en 2004, que además causó un devastador tsunami en el océano Indico.

Redacción QUO