A pesar de que se suele utilizar de manera muy común la imagen del crecimiento de las flores, lo cierto es que se conoce poco sobre su funcionamiento. Y esto es precisamente lo que ha trata de hacer un artículo publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Sus autores, un equipo de investigadores de la Universidad de Harvard (EEUU), utilizó una combinación de observaciones, experimentos y modelos matemáticos para investigar el proceso físico por el que florecen las flores. Para ello se basaron en una especie concreta, el Lilium lirio asiático Casablanca.
Los investigadores marcaron uno de estos lirios con puntos en el interior de sus pétalos y sépalos (la pieza floral que forma el cáliz de la flor) externos para realizar un seguimiento del crecimiento. En este sentido, grabaron un video con el sistema de “time-lapse” para seguir todo el proceso.
Los autores observaron que los bordes de los pétalos y los sépalos se estiraron hasta un 40% más que el nervio central en el mismo período de tiempo, y que la diferencia de crecimiento creó arrugas a lo largo de los bordes.
Según los investigadores, este crecimiento diferencial produce tensión que se acumula dentro del capullo, lo que finalmente supera la fuerza de la inmovilidad de los pétalos entrelazados y lleva a que se abra la flor.
Redacción QUO