Tras 75 años sin pronunciarse, la flor más pestilente que se conoce en el mundo, la Titan Arum, ha decidido desplegar sus hojas, florecer y «deleitar» a los presentes con su fétido olor.
Con motivo de su florecimiento, la flor, apodada en indonesio como «la flor cadáver» –Amorphophallus titanum-, se expuso desde el Viernes Santo hasta el Domingo de Resurrección en la Universidad de Basilea (Suiza).
Esta especie, originaria de las selvas tropicales de Sumatra (Indonesia), posee un extraordinario tamaño que también la caracteriza además de su olor: en Alemania se presentó un ejemplar vivo que medía la friolera de 2,75 metros de altura. Esta planta herbácea, produce una inflorescencia en espádice (hojas en forma de tubo o espiga) y desprende un fétido olor similar al de la carne podrida, lo que impide poder estar cerca durante un largo periodo de tiempo. Este olor es emitido por la planta para atraer a insectos, para que así estos la polinicen y pueda reproducirse. Llega a atraer a escarabajos carroñeros o moscas hembra. Estas últimas buscan cadáveres en donde poder dejar sus huevos y la Titan Arum les parece perfecta. Tras su permanencia en la fétida amiga, saldrán de los huevos larvas saprófagas. Las flores polinizadas de la flor cadáver se transforman en bayas de forma globosa en colores rojos o amarillos.
Doce de estos «monstruos vegetales» se encuentran en el Real Jardín Botánico de Kew (Reino Unido). La más grande pesa en torno a los 100 kilos. No obstante, en otras ciudades también se han cultivado grandes especímenes de esta especie como en Wageningen (Holanda), Bogor (Indonesia), Nueva York, o el último y la más reciente de este año en Basilea (con 1,93 metros).
La planta fue hallada por el botánico italiano O. Beccari en el año 1978 en la selva de Sumatra. El primer ejemplar cultivado se consiguió en Kew en 1889.
Redacción QUO