Es muy extraño que los tejidos blandos de antiguos seres vivos puedan sobrevivir al paso de los años y más aún cuando estamos hablando de 120 millones (año arriba, año abajo). Un grupo de investigadores ha dado con lo que se cree, serían unos pulmones fosilizados de una antigua ave que vivió en el Cretácico Inferior.

Es un gran descubrimiento, ya que ayudaría a entender no solo la anatomía de los antiguos pájaros, sino cómo estos lograron evolucionar hasta convertirse en lo que son ahora. La especie a la que pertenecen es una Archaeorhynchus spathula, la cual es en sí una rareza. Es la quinta vez en la historia en la que se han descubierto restos de esta ave y es un antiguo miembro directo del linaje de pájaros que tenemos en la actualidad.

El hallazgo ha captado la atención de los paleontólogos que la llevaron a cabo, ya no solo por lo bien preservadas que estaban las plumas, sino que en un examen más exhaustivo se encontraron unas estructuras en el pecho que consideraron podrían ser sus pulmones fosilizados (en la imagen, rodeados en blanco).

Pero, ¿cómo estar del todo seguros?

No podían ser los contenidos del estómago del animal cuando este murió (los cuales suelen aparecer negros y prácticamente carbonizados. Y a pesar de que los hígados de los pájaros también tienen una forma lobulada, estos suelen tener un color rojizo (debido a un alto contenido en hierro). Por lo tanto, la explicación más plausible es que se traten de los pulmones del animal.

Por la morfología preservada, el equipo asegura en su estudio que es muy similar a los pájaros actuales: «Su estructura pulmonar, la cual permite a los pájaros recoger el oxígeno necesario para soportar el vuelo, es igual que la de la especie de hace 120 millones de años».

Para estar aún más seguros de su hallazgo, se sirvieron de microscopía electrónica para analizar 22 muestras del espécimen, incluyendo 12 pertenecientes a los «probables» órganos. De estas, 7 revelaron estructuras propias de los pulmones de las aves. Los conocidos como parabronquios, que son túbulos diminutos que ayudan al intercambio gaseoso.

Fuente: ScienceAlert

Alberto Pascual García