«Son como firmas sonoras, como etiquetas acústicas. En las belugas, los miembros de una familia mantienen relación durante muchos años y creemos que algunas de estas etiquetas podrían ser compartidas por miembros de la familia”. Así es como describe la investigadora de la Fundación Oceanogràfic, Audra Ames, la llamada que producen estos animales para mantenerse en contacto con sus congéneres, especialmente cuando las crías necesitan encontrar a su madre. En el océano profundo, el hábitat natural de las belugas está rodeado de completa oscuridad durante 6 meses al año, de ahí que su principal sentido para percibir el entorno sea el oído. Así que si cerramos los ojos, nos encontraremos con una jungla llena de cantos y chirridos, como si se tratasen de aves. De hecho, a las belugas se les conoce como los canarios del mar.
Para entender mejor esta forma de comunicarse entre los miembros de la especie desde el mismo nacimiento, Ames ha grabado durante dos años a Kylu, la primera cría de beluga nacida en un acuario en Europa que logra sobrevivir. Tras escuchar detenidamente sus primeros balbuceos ha descubierto que comparte con su madre Yulka una llamada específica, a modo de «etiqueta identificativa acústica». Se trata del segundo estudio de este tipo realizado en el mundo y el primero en el que se usa tecnología avanzada. Esta ha permitido, por ejemplo, descubrir que Kylu es capaz de comunicarse en un rango de frecuencias mucho más amplio de lo que se pensaba (hasta +128 kHz -los humanos nos manejamos entre 20 Hz y 20 kHz, por lo que, sin ayuda tecnológica, solo escucharemos parte de la conversación entre belugas-).
Gracias a la comprensión de esta forma de «hablar» entre los ejemplares de una misma familia, Ames asegura que serán capaces de ahondar en la hipótesis de que la contaminación acústica de los barcos en alta mar es la causa principal de que muchas crías no lleguen a adultas: «No solo se trata de entender cómo usan el sonido las belugas para comunicarse, por puro interés científico, sino también de cara a la conservación». Si logran decodificar su habla, podrían llegar a esclarecer la causa de su alta mortalidad de crías en poblaciones salvajes. Se cree que el ruido de las embarcaciones interfiere en la llamada de contacto entre sus familiares, lo que hace que estas se pierdan, incrementando el riesgo de muerte.
Después de dos años de trabajo con Kylu, la investigadora fue capaz de identificar un mismo tipo de llamada desarrollado entre la madre y el hijo, el cual parece transmitirse de generación en generación:«Si realmente ocurre así, entonces estas llamadas pueden contribuir a mantener la relación a largo plazo entre miembros de la misma familia en las sociedades de belugas”.
Dos estudios, resultados diferentes
El primer estudio de este tipo se realizó hace 10 años y también mostró esta forma de aprendizaje, pero en esta ocasión, Kylu se ha tomado un poco más de tiempo en desarrollar esta capacidad de «habla» con su madre: «Fue un poco más lento, y la llamada que produce es una que su madre, Yulka, no usó mucho durante el primer mes de vida del bebé», indica Ames. Por ello, la líder del estudio quiere dejar claro que hay que seguir investigando y enfocar los resultados también en las hembras: «Ahora tenemos dos estudios que muestran que las crías de beluga desarrollan llamadas de contacto similares a las de sus madres hacia el final de los dos años, pero necesitamos saber más. Como, por ejemplo, si las crías hembra también desarrollan estas llamadas -hasta ahora los bebés estudiados son machos-, y si las belugas las siguen produciendo toda su vida. Si las mantienen, esto puede representar la importancia de mantener el contacto familiar».
Ames cuenta con 300 horas de conversaciones entre madre e hijo las cuales ha grabado con un hidrófono especial. Además, trabajó con dos cámaras especiales para distinguir el comportamiento de ambas especies en el momento en el que emitían esos sonidos con la idea de identificar un perfil de comportamiento: «Tienen combinaciones de sonidos que usan en diferentes situaciones. Pueden combinar diferentes frecuencias para decir cosas distintas, pueden modificar las frecuencias para cambiar el significado. Esta es una de las cosas en que seguiremos investigando: ¿Qué significan estas manipulaciones del sonido? De investigaciones previas sabemos, por ejemplo, que las llamadas muy cortas son más bien agresivas. Queremos recabar más información sobre otros tipos de llamada y su significado potencial, en diferentes contextos y ambientes».
Alberto Pascual García