¿Qué sucedió hace más de un millón de años, cuando la Tierra tuvo una transición en el sistema climático que causó periodos glaciales más largos y fríos? La respuesta podría estar bajo el suelo helado de la Antártida, donde más de 300 lagos componen una red aún más desconocida que la superficie de Marte. Solo horadando el hielo podría la ciencia empezar a desentrañar este misterio y es la misión que tiene por delante un grupo de científicos europeos, que han señalado ya el punto exacto en el que perforarán a una profundidad de 2,7 kilómetros.
Su objetivo es tratar de comprender cómo evolucionó el ciclo de las edades de hielo de nuestro planeta, pero, además, los datos obtenidos ayudarán a configurar pronósticos climáticos más a largo plazo que los actuales. Durante los próximos cinco años, la misión Beyond EPICA-Oldest Ice trabajará en un lugar remoto en la Antártida conocido como Little Dome C.
Cómo entender las edades de hielo
Los núcleos de hielo de la Antártida constituyen un archivo único para los geocientíficos, según el coordinador de la misión, Olaf Eisen, del Instituto Alfred Wegener en Alemania. El equipo analizará las burbujas de gas, moléculas y partículas atrapadas en capas delgadas de hielo antiguo. Con los datos conseguidos podrán reconstruir los niveles de dióxido de carbono, datos de temperatura y otros indicadores del clima durante un largo período de tiempo.
Pero el gran desafío será entender las edades de hielo. Actualmente se cree que antes de 1,2 millones de años atrás, las edades de hielo de la Tierra se alternaron en ciclos más rápidos, de 40.000 años. La razón se desconoce, aunque esperan que Little Dome C. les aporte alguna pista. Los científicos confían, además, en que esos nuevos datos sirvan para construir pronósticos climáticos para el futuro.
El entorno de Little Dome C es muy seco, sin apenas precipitaciones, lo cual facilitará el trabajo. ”Cuanto menor sea la tasa de nieve acumulada cada año, más años de datos habrá en cada metro», explica Catherine Ritz, integrante del proyecto y científica del Instituto de Geociencias e Investigación Ambiental de Francia (IGE). La temperatura promedio en el lugar de perforación es de -54,5 Cº, por lo que el equipo trabajará solo durante los dos meses del verano antártico.
Por la peculiaridad del terreno de campo, todo indica que se tardará varios años en alcanzar las capas más profundas y antiguas, algo que se hará retirando cilindros de hielo de 4 metros de largo y de 10 centímetros de diámetro. Hasta 2050, por tanto, no habrá seguramente ningún resultado.
Marian Benito