Los psicólogos llaman impronta al fenómeno por el que los niños se formarían un patrón mental de su progenitor del sexo opuesto y se guiarían por él al buscar pareja en la edad adulta.
Ahora, una nueva investigación realizada por la Universidad de Pécs (Hungría) vendría a corroborar esta tesis. Los expertos analizaron los rostros de los novios y esposos de 67 mujeres y luego los compararon con los de sus padres, y descubrieron que existía una gran relacion (o parecido) en el largo y ancho de la cara, en la longitud de la nariz y en el largo y ancho de la boca.
¿La causa? Los autores del estudio piensan que puede ser una medida evolutiva para mantener la adaptación al medio ambiente social y local de una estirpe familiar determinada.
Ahora, los investigadores planean un nuevo estudio para ver si la impronta se cumple también en relación a las hombres y sus progenitoras femeninas
Vicente Fernández López