A pesar de que no parezca el lugar más confortable para pasar la noche, este búho parece haber hecho de la boca de un Tyrannosaurus rex un hogar muy acogedor. Ni corto ni perezoso ubicó su nido en el interior de las fauces de la réplica de un temible Tyrannosaurus desde hace un par de semanas.
La criatura fue vista hace unos días asomada entre los colmillos de la falsa bestia en una casa señorial de Gran Bretaña. Según Martha Lytton Cobbold, gerente del grupo de empresas donde el búho se ha afincado, afirman que se pasea feliz por la propiedad y que «están encantados de que un cárabo (Strix aluco) haya fijado su residencia en el T. rex ubicado en los jardines de la Casa Knebworth«.
Aunque nadie le ha preguntado al Tyrannosaurus qué opinaba del nuevo okupa, el personal de la casa parece haberse puesto de lado del búho. «Disfruta viendo como el personal de la casa Knebworth trabaja en los jardines y hace un gran trabajo protegiendo a los dinosaurios hasta la reapertura el próximo mes de marzo». De momento el cárabo lleva instalado en la casa señorial británica un par de semanas y según sus vecinos, «se le ve bastante feliz, trabajamos muy de cerca con algunas asociaciones con el fin de mejorar su hábitat, pero al parecer la boca del T rex le ha parecido mejor opción».
Tras él, otros dos cárabos se han unido a la familia: «hemos puesto cajas nido alrededor del jardín, pero a pesar de ello él eligió primero, parece que le gusta el punto de vista del dinosaurio. Es tan alto…».
Redacción QUO