Convivimos con millones de bacterias y casi ni las conocemos. Por ello a Tasha Sturm se le ocurrió presentárselas a su hijo de 8 años al regresar de jugar en el parque. Para ello, según ella misma explica aquí, utilizó agar que colocó en una placa petri y luego presionó allí la mano de su hijo. Cubrió la placa y la dejó, durante 24-48 horas en una incubadora a 37º C. Cumplido el plazo, lo colocó a temperatura ambiente (unos 22ºC afirma Sturm) durante al menos tres días hasta que sean visibles. Las muestras se pueden colorear con tintes específicos.
Juan Scaliter