Stéphane De Greef, ingeniero medioambiental, consiguió capturar el momento en el que un milpiés se cruzaba por el camino de una colonia de hormigas Leptogenys que no mostraron ningún tipo de piedad.
Al presentir el peligro que le acechaba, el miriápodo se enrolla sobre sí mismo mientras las hormigas le rodean. De repente una de ellas le muerde y provoca una oleada de ataques de sus compañeras.
14 minutos después el milpiés se encuentra paralizado y totalmente a merced de sus asesinas. Las hormigas se encuentran con la dificultad de trasladar semejante ser vivo, mucho más grande que ellas, hasta el hormiguero.
Haciendo uso del dicho de que la unión hace la fuerza, los insectos forman una fila y tiran para arrastrar al milpiés. Mientras tanto, otras hormigas ayudan a sus compañeras agarrando a su presa por los lados.
Sin duda alguna esta es una hazaña que merece ser vista:
Redacción QUO
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