En los años 1970, en la isla de Ellesmere, en el círculo Ártico, un grupo de paleontólogos descubrió varios huesos fosilizados de diferentes aves gigantes no voladoras. Pero hasta ahora los mismos no habían sido descriptos ni estudiados en profundidad. Pero ya es oficial, un equipo formado por expertos de la Academia China de Ciencias y la Universidad de Boulder ha determinado que uno de ellos corresponde a un ave gigante, Gastornis (anteriormente Diatryma), de varios cientos de kilos de peso y dos metros de altura. Y tiene una antigüedad de 53 millones de años. En aquellos tiempos, a principios del Eoceno, la isla Ellesmere, cerca de Groenlandia,era probablemente un pantano de cipreses, similar a los que hoy se encuentran en el sur de Estados Unidos y estaba habitada por tortugas, cocodrilos, primates, tapires e incluso grandes mamíferos semejantes a los hipopótamos y rinocerontes.
Pero en la actualidad esta isla sufre uno de los climas más fríos del planeta, con temperaturas que descienden hasta los 40º bajo cero en invierno. El Gastornis, cuya cabeza tenía el tamaño de la de un caballo, utilizaba su enorme pico para desgarrar al follaje, que formaba parte de su dieta junto a frutos secos y semillas.
El equipo internacional de expertos también encontró restos de otra ave, llamada Presbyornis, similar a los patos y gansos, solo que tenía piernas largas como un flamenco. Lo que no se sabe si emigraba hacia el norte de la isla cada año o vivía allí durante de modo permanente. “Teniendo en cuenta los fósiles que tenemos, ambas hipótesis son posibles – asegura Thomas Stidham, de la Academia China de Ciencias –. Hay algunos patos marinos actuales que pasan el invierno en el Ártico, y vemos muchas más especies de aves acuáticas que sólo se encuentran en el Ártico durante los meses de primavera y verano”. El estudio ha sido publicado en la revista Nature.
Juan Scaliter