Al ser humano todavía le queda mucho que descubrir en los fondos marinos. Como posiblemente sepas, el océano se divide en varios niveles de profundidad, al igual que un garaje. La primera planta, que va desde los 10 hasta los 100 metros, se conoce como zona fótica (o del Sol) y es el lugar donde se encuentran la mayoría de animales marinos que conocemos. El segundo nivel, que va desde los 200 hasta los 1000 metros, se conoce como zona mesopelágica (o nebulosa). Como el nombre indica, la luz del Sol en este área es muy tenue, ya que solo penetra hasta los 600 metros de profundidad. Como podréis suponer, en esta zona de penumbra hay muy pocas plantas que puedan realizar la fotosíntesis. Además, la falta de luz da lugar a un bonito fenómeno submarino: la bioluminiscencia.

¿Dónde estaba Casper?

El tercer nivel, que va desde los 1000 a los 4000 metros, se conoce como zona batial (o de medianoche), donde la luz brilla por su completa inexistencia. Es el lugar de residencia de esponjas, braquiópodos, estrellas de mar y animales sin músculos muy fuertes. Algún cachalote se puede perder por esta zona de vez en cuando buscando comida.

Y ya llegamos al cuarto nivel, la zona abisal, el lugar donde un grupo de científicos estadounidenses ha encontrado por casualidad a nuestro amigo el fantasma. Mientras realizaban una larga inmersión en Hawái se cruzaron con este simpático espécimen al que bautizaron como Casper por razones más que obvias. Según explicaron los investigadores de la Administración Oceánica y Atmosférica, el hallazgo se había producido cerca de la isla de Necker.

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El pulpo es transparente, carece de las células pigmentadas habituales (cromatóforos), algo común en la gran parte de cefalópodos y poco frecuente en aquellos que viven en las profundidades del océano. Y poco más se sabe de él más que no tiene aletas, algo extraño para un animal que vive a más de 4.000 metros. Los investigadores consideran que la falta de pigmento es normal. Hay que tener en cuenta que el pulpo no necesita camuflarse pare evitar depredadores ya que vive en la más completa oscuridad.

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Quedan muchos ‘Caspers’ por descubrir

Según vamos descendiendo por el fondo marino, encontramos una ‘galería de bestias’ de los más variopinta. Los animales que habitan en las profundidades del fondo marino son extravagantes, extraños e incluso temibles a consecuencia de su aspecto. La pena es que conocemos muy pocos y nos quedan aún miles de especies por descubrir. El ser humano ha sido capaz de llegar a la Luna, pero aún no hemos explorando lo que esconden las profundidades del océano.

Las mayores inmersiones hasta la fecha han llegado a los 11.034 metros. El hombre ha sido capaz de atravesar la zona abisal (4000 a 6000 metros) y llegar hasta la zona hadal (6000 a 11000 metros). Pero, además de que esta última aún no está explorada en profundidad, nos queda mucho camino hacia abajo que recorrer.

Redacción QUO