Desde hace mucho tiempo, los científicos saben que los equidnas (Tachyglossidae), un mamífero ovíparo (el único junto al ornitorrinco), son capaces de sobrevivir no sólo a los incendios en la naturaleza, sino también a sus secuelas, cuando hay poco o ningún alimento y la cantidad de aire respirable es limitada. Aunque se desconocía cómo lo lograban.
Un equipo de científicos australianos de las universidades de Nueva Inglaterra, Curtin y Australia Occidental podrían haber encontrado la respuesta.
En un artículo publicado en Proceedings of the Royal Society B, Julia Nowack, Christine Elizabeth Cooper y Fritz Geiser explican que llevaron a cabo un estudio sobre varios equidnas que vivían en una reserva al sureste de Perth en la que se pensaba realizar un incendio controlado. Aprovechando que los animales contaban con dispositivos de seguimiento, los expertos pudieron seguir su actividad durante varias semanas. A pesar de que no fueron capaces de identificar positivamente el medio por el cual los animales evitaron el fuego, sí encontraron evidencias que sugerían que se escondían dentro de troncos lo suficientemente gruesos para protegerlos. Pero su actividad durante las semanas siguientes fue lo que resultó más interesante. Los animales no deambularon en busca de comida, sino que permanecían en un estado aletargado, a veces hasta durante cuatro días. El estado aletargado es similar a la hibernación de otros animales, que entran en un sueño profundo y su metabolismo se ralentiza. Esto les permite reducir drásticamente su necesidad de alimentos y agua a la espera que el aire recupere su calidad y que haya alimentos.
Los investigadores sugieren que esta respuesta al fuego podría servir como un modelo para comprender cómo lograron sobrevivir los mamíferos a la explosión del asteroide que habría provocado la extinción de los dinosaurios
Juan Scaliter