Todos sabemos como las gasta la mafia. Lo hemos visto en cientos de películas. ¿Que alguien no quiere pagar por su “protección? Pues le destrozan el coche, le queman la casa, o le hacen algo aún bastante peor. Lo que muchos ignorábamos es que los comportamientos mafiosos no son exclusivos del ser humano, ya que se dan en algunas especies animales. Y el cuco es una de ellas.
Este pájaro es famoso por dos razones: por haber servido de inspiración para titular una mítica película con Jack Nicholson, y por su costumbre de parasitar los nidos ajenos, y poner sus huevos en ellos. Pero, ahora, un equipo de investigadores del Instituto Max Planck de Biología Evolutiva en Plön (y cuyos resultados se han publicado en Science Daily), han descubierto que si las aves que han construido esos nidos se deshacen de los huevos del cuco al descubrirlos, estos se vengan de ellos destrozándoles su hogar.
Por ese motivo, según los investigadores, las aves que son víctimas de los cucos lo mejor que pueden hacer es dejarse coaccionar por ellos y criar a sus polluelos junto a los suyos propios, para evitar males mayores. Aunque, para que la extorsión funciones, es necesario que las víctimas sean aves capaces de aprender y, también, que los cucos interactúen siempre con los mismos nidos, para que los dueños comprendan lo que les puede ocurrir si no colaboran.
Lo dicho: mafia plumífera pura y dura.
Fuente: Science Daily.
Vicente Fernández López