Hasta ahora se ha dicho de todo del famoso río Brule (Minessota): que nadie sabe dónde desemboca, que no tiene fin, que es un ‘Expediente X’ sin resolver… pero los hidrólogos del Departamento de Recursos Naturales de Minessota tienen ya una explicación plausible.

Ubicado en la «Caldera del Diablo», el río posee unas cataratas cuyo agua nadie sabe dónde va a parar. Parece que se lo traga la tierra. Y esa es la teoría que manejan los hidrólogos de Minessota. En su opinión, el terreno tiene un tipo de roca que no crea túneles naturales ni se agrieta, razón que permite que una gran parte de agua se filtre sin dejar huella.

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Aunque muchos investigadores han tratado de seguir el caudal del agua de formas muy originales, como echando tinta, lanzando GPS o echando al agua distintos objetos, el nuevo estudio no se ha preocupado de esto. Si quieres respuestas diferentes, debes hacer cosas distintas, razón que llevó a los investigadores a medir el caudal del río antes y después de las cataratas dónde desaparece una gran parte del río. Esto arrojó datos concluyentes: antes de la cascada hay 3,48 metros cúbicos por segundo y, poco después, 3,42 metros cúbicos. Esto indica que el río tiene casi el mismo caudal pese a que parece desaparecer en un agujero de la roca.

Los científicos implicados consideran que el agua no va a parar a ningún sitio, sino que vuelve al río cerca del mismo punto donde parece tragárselo la tierra. Creen que dispone de un sifón subterráneo que desemboca en el río principal a pocos metros y, aunque nunca ha sido hallado, por las mediciones debe estar bastante cerca.

Fuente: mentalfloss.com

Rafael Mingorance