Un ratoncillo de laboratorio apodado Yoda batió todos los récords de edad de su especie.
Alcanzó los cuatro años, cuando en libertad viven en torno a los 6 meses.
Yoda vivió en la Escuela de Medicina de la Universidad de Michigan, donde había sido modificado genéticamente;
esto, además de longevo, le hizo de un tamaño un tercio más pequeño que el de un ratón promedio, y muy sensible al frío.
Redacción QUO
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