Los pescadores de Alaska se están enfrentado a un enemigo inesperado, las orcas. Los cetáceos de esas aguas han aprendido que es mucho más sencillo robarles sus capturas, que tener que perseguir y acosar ellas mismas a los bancos de peces.

Este tipo de comportamiento no es extraño en estos animales, aunque los pescadores aseguran que nunca habían visto a tantos ejemplares comprobándose así. Afirman también que las orcas son tan inteligentes que han aprendido incluso a distinguir a un barco de otro. Y una vez que han localizado una embarcación, la siguen incansablemente hasta que encuentran el momento propicio para robarle los peces que quedan atrapados en sus redes.

Pero, ¿cómo pueden los pescadores combatir a estas bandas de orcas ladronas? De momento, han recurrido a una táctica bastante peculiar, colocar altavoces en los que suena música heavy para intentar desconcertarlas.

Tal y como ya hemos dicho, este comportamiento de las orcas no es insólito. En 1996, un equipo de investigadores franceses realizó una investigación con las orcas que vivían en el archipiélago de las islas Crozet, situado entre África y la Antártida.

En aquella zona se había instalado una importante pesquería de bacalao, y los animales se habían acostumbrado a robar peces de los palangres. Los investigadores comprobaron que las hembras ladronas aumentaban sus posibilidades reproductoras un 4% más que aquellas otras que se dedicaban a cazar su alimento.

Fuente: IFL Science.

Vicente Fernández López