Como puede deducirse fácilmente de su nombre, la rana dorada venenosa (Phyllobates terribilis) es famosa por ser una de las criaturas más venenosas del mundo. Su piel posee una sustancia tóxicallamada batraciotoxina, y se estima que un solo miligramo puede matar a diez personas.
Las investigaciones realizadas han revelado que dicho veneno se origina a partir de la dieta de la rana. De hecho, cuando se las saca de su hábitat natural y se les cambia la dieta, son animales completamente inofensivos.
El veneno actúa bloqueando los canales de sodio de las células, lo que impide que estas envíen sus señales a los músculos. La consecuencia es una incapacidad de los tejidos musculares del cuerpo para relajarse, que acaba provocando un fallo cardíaco. Pero, ¿cómo es posible que la rana sea inmune a su propio veneno?
Un equipo de investigadores de la Universidad de Nueva York ha encontrado la respuesta estudiando a otra criatura venenosa: el pez globo. Esta especie sufre una mutación genética que ha permitido a sus canales de sodio adaptarse para no sufrir los efectos de su veneno.
Los autores del estudio aplicaron dicho conocimiento a la rana dorada y descubrieron que, efectivamente, también sufre una mutación que la hace resistente a los efectos de su toxina. De hecho, cuando provocaron mediante manipulación genética dicha mutación en ratas, consiguieron que estas también se volviera inmunes al veneno.
Vicente Fernández López