Cuando ya nos habíamos acostumbrado a utilizar el término ciclogéneses explosiva, nos encontramos con otra expresión que resulta nueva para la mayoría de nosotros: un ciclón bomba. Así es como han denominado al terrible temporal de nieve, viento y frío que está azotando actualmente Estados Unidos. Pero, ¿en qué consiste realmente?
Pues no es nada más que otra forma de llamar a la ciclogénesis explosiva, también conocida como bombogénesis. De hecho, la palabra bomb (por bomb cyclone en inglés) es una abreviatura de dicho término, que es el que utilizan los meteorólogos para referirse a este fenómeno.
Un ciclón bomba se forma cuando la presión barométrica desciende al menos 24 milibares en menos de 24 horas (y en el caso del temporal estadounidense bajó de 995 milibares a 952 en tan solo doce horas). Los vientos fríos del Ártico que se encuentran en capas más superiores descienden y chocan con otras de aire caliente, dando lugar a la formación de vientos similares a los de un ciclón tropical.
Este tipo de temporales se forman generalmente sobre el océano y los vientos, en el Hmisferio Norte, suelen moverse en dirección contraria a la de las agujas del reloj. Pero, ¿por qué acuñar un nuevo nombre para un fenómeno ya conocido? Los expertos aseguran tener una buena razón para ello.
Según explican, las ciclogénesis explosivas son frecuentes en esa parte del planeta durante esta época del año, pero es muy infrecuente que en los emses de diciembre y enero se produzcan tempestades tan violentas como la que está azotando Estados Unidos, provocando incluso que nieve en lugares como Florida. Por eso, dicen, es necesario un nuevo nombre para este tipo de fenómenos meteorológicos. Y el elegido ha sido ciclón bomba.
Vicente Fernández López