Para la mayoría de los animales, el cambio climático supone una terrible noticia. Se calcula que para 2050 será la peor amenaza para la biodiversidad en América, y en 2100 podría haber acabado con más de la mitad de las especies de aves y mamíferos africanos. Desde tortugas marinas hasta osos polares, muchas de las especies animales más carismáticas de nuestro planeta están en peligro real.

Sin embargo, ciertos animales no tendrán tanta dificultad para lidiar con el aumento de las temperaturas. La solución pasa por buscar un nuevo hogar, moverse hacia nuevas latitudes. «Siempre hay ganadores y perdedores, y parece que hay ciertos organismos a los que les irá bien en el futuro: las especies venenosas», asegura Isabelle Neylan, estudiante de posgrado en Ecología Marina en la Universidad de California, Davis.

«En EE.UU. vamos a ver a muchas de estas especies venenosas en lugares poco habituales hasta ahora»

Muchos animales venenosos emigrarán hacia el norte o el sur de la Tierra en las próximas décadas, lejos de las áreas tropicales y hacia lugares más densamente poblados, según afirmaban recientemente Neylan y sus colegas en la revista Wilderness & Environmental Medicine. El equipo estudió las predicciones que otros investigadores habían realizado en los últimos años en relación a los animales venenosos. Según su análisis, muchos de estos animales ya están en movimiento.

«En EE.UU. vamos a ver a muchas de estas especies venenosas en lugares poco habituales hasta ahora», dice Neylan, que también sostiene que no hay necesidad de entrar en pánico. «No va a haber una explosión de arañas venenosas ni nada parecido». Pero sí existen ciertas precauciones que son aconsejables para adelantarnos a su llegada.

Ya vienen…

Para expertos como Timothy Erickson, médico toxicólogo del Hospital Brigham and Women’s de Boston y otro de los autores del nuevo estudio, el cambio climático probablemente causará alteraciones tan profundas que incluso afectará a las especies venenosas, aunque no a corto plazo. «Algunos de los artrópodos, arañas y serpientes se beneficiarán en parte del calentamiento”.

Los animales venenosos tienden a ser de sangre fría, por lo que su bienestar está determinado por la temperatura de su entorno. Así que cuando estas cambien de norte a sur, estos animales cambiarán su ubicación geográfica para adaptarse, asegura Erickson.

Así será en el caso de las serpientes. Una de las predicciones de Erickson y sus colegas es que las serpientes venenosas se mudarán más al norte de los Estados Unidos y Canadá y hacia el sur en Argentina e incluso Chile para el año 2050. Esto hará que entre 5,5 y 6,7 millones más de personas estén en riesgo de mordeduras de serpiente. Los fenómenos climatológicos extremos, que se agudizarán gracias al cambio climático, también podrían provocar un aumento en las mordeduras, asegura Carlos Yañez Arenas, biólogo conservacionista de la Universidad Nacional Autónoma de México, quien dirigió el estudio sobre la migración de serpientes.

En Estados Unidos, las conocidas como serpientes de cabezas de cobre podrían ser especialmente problemáticas. «Invaden más áreas residenciales,» dice Erickson. Afortunadamente, su veneno no es muy potente. El estudio muestra cómo otras especies venenosas, incluyendo las serpientes de cascabel, probablemente también migrarán hacia el norte de Estados Unidos.

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Las hormigas rojas (que actualmente se encuentran en gran parte del sur del país y en California) previsiblemente viajarán hacia el norte. Las abejas africanas (conocidas popularmente como abejas asesinas) llegarán al centro de Estados Unidos y California. La araña reclusa parda (o reclusa marrón) también se podría estar desplazando hacia el norte y aprovecharía la calefacción central de los edificios para sobrevivir a los duros inviernos. Los encuentros humanos en áreas como el Medio Oeste ya están en aumento, dice Erickson. “Definitivamente, ya estamos viendo más mordeduras de araña necrosante de reclusas pardas.”

Peligro también bajo el mar

Erickson y su equipo también han comenzado a reunir predicciones sobre cómo ciertas criaturas marinas (como las medusas) se verán afectadas por el cambio climático en todo el mundo. En Australia, las medusas de caja están apareciendo antes de temporada y permanecen más tiempo y en playas más hacia el sur. En el futuro, su número probablemente crecerá y causará más cierres de playas y resorts, según las predicciones de Erickson. Otras medusas están en auge en las aguas de Italia. La estrella de mar de la corona de espinas, que está salpicada de espinas venenosas, probablemente también engrosará sus filas.

«En ciertas regiones del mundo, las condiciones ambientales inadecuadas para muchas especies venenosas harán que se reduzcan e incluso desaparezcan por completo»

Puede que la población de serpientes marinas no aumente, pero es probable que estos reptiles marinos se trasladen a nuevas áreas. Las serpientes marinas de vientre amarillo se bañan ocasionalmente en las costas de California y podrían hacerlo aún más en el futuro, mientras que los kraits de mar (especies de serpientes venenosas que se encuentran normalmente en la India y el Sudeste Asiático) se dirigen a Corea del Sur.

Pero no todos se adaptarán bien al cambio climático. «En ciertas regiones del mundo, las condiciones ambientales inadecuadas para muchas especies venenosas harán que se reduzcan e incluso desaparezcan por completo», asegura Yañez Arenas.

Los animales marinos también tendrán que hacer frente a la acidificación (descenso del pH) de los océanos. Algunos, como las medusas, pueden ser lo suficientemente resistentes para soportar el calentamiento y las aguas más ácidas pero otros, como las ranas venenosas (que ya están amenazadas por la pérdida de hábitat, los hongos mortales y los cambios en los patrones climáticos) no tendrán tanta suerte. El calentamiento podría llevar a un descenso de la humedad del entorno que las ranas no serán capaces de soportar. «Su piel es muy permeable y se seca muy rápidamente», asegura Erickson.

Prepararse sin alarmarse

Hay que dejar claro que, aunque el cambio climático pueda provocar que un área concreta resulte más atractiva para ciertas especies de animales venenosos, esto no queire decir que realmente terminen decidiendo mudarse a ella. Algunos animales, como las serpientes, tienden a no viajar lejos de donde nacieron. Otros pueden verse frustrados por obstáculos como montañas y ciudades.

«Si hay una gran ciudad en el camino y todo el bosque ha sido pavimentado para estacionamientos, ese podría no ser un ambiente acogedor para ellos», dice Neylan.

Así que es difícil decir exactamente cuándo o dónde aparecerán los animales venenosos. Sin embargo, lo que sí es aconsejable es informarse para saber cómo actuar en caso de tener que plantarles cara.

En el futuro, los médicos necesitarán saber cómo tratar las mordeduras y picaduras causadas por todos estos animales venenosos, así como hacer más accesibles económicamente hablando los fármacos y antídotos, defiende Erickson. Los científicos están trabajando en antídotos que tienen una vida útil más larga o que pueden combatir el veneno de varias especies.

La buena noticia es que los animales venenosos no suelen ir tras las personas, asegura Erickson. Con un poco de información, podremos convivir sin problemas con nuestros nuevos vecinos.

«Es importante pensar en tener el antídoto adecuado en el lugar correcto y capacitar a las personas para que estén preparadas para encontrarse con especies a las que no están acostumbradas. Ser consciente y prestar atención al entorno que te rodea va a ser cada vez más importante”, concluye Neylan.

Fuente: Popular Science

Belén Robles González