¿Se puede extinguir una especie por tener una vida sexual demasiado intensa? La respuesta en el caso del antechinus, también conocido como ratón marsupial, podría ser que casi. Se trata de un animal originario de Australia, que es conocido por sus maratonianas sesiones de apareamiento, que pueden durar hasta un día entero.
Durante la época de celo, tanto machos como hembras copulan de forma frenética, saltando de una pareja a otra. A las hembras esto no les provoca ningún problema, pero no ocurre lo mismo con los machos. La frenética actividad sexual provoca que aumenten sus niveles de testosterona, lo que tiene a su vez el efecto de hacer que no disminuyan los de cortisol, la hormona del estrés.
Por ese motivo, los niveles de cortisol siguen aumentando en el organismo de estos marsupiales hasta que superan un nivel tóxico que, en muchísimos casos, les acaba provocando una hemorragia que resulta letal. Pero, aunque no superen ese nivel, el exceso de estrés afecta a su sistema inmune, lo que les hace vulnerables a las infecciones.
El resultado es que los machos mueren en masa al terminar el período de apareamiento. Pese a ello, la naturaleza se las ha apañado para lograr que la especie se mantenga en un precario equilibrio y perviva pese a tal nivel de mortalidad. Pero el impacto causado por la actividad humana en el hábitat de estos animales ha venido a romper ese equilibrio, poniendo en peligro la supervivencia de la especie.
Fuente: CNN.
Vicente Fernández López
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