Todos recordamos cómo el volcán islandés de nombre impronunciable, el Eyjafjallajökull, sembró el caos aéreo en abril 2010. Su erupción lanzó al aire una enorme nube de ceniza que obligó a cancelar miles de vuelos en toda Europa y que estuvo más de un mes dificultado el tránsito de personas por vía aérea según estas partículas se iban moviendo por este inmenso área. Ahora, el volcán de Hawái, el Kilauea, está viviendo una situación parecida después de que una enorme columna de cenizas ascendiera hasta el cielo haciendo impracticable la seguridad de los aviones que por allí volasen. Es por ello que se ha activado el conocido como “código rojo”, que a pesar del nombre, no busca alarmar a la gente.

El Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS, en sus siglas en inglés) ya ha advertido que solo se trata de un anuncio de alerta para que los pilotos no se acerquen a la zona y no sufran problemas en sus motores. El volcán Kilauea lleva activo desde el pasado 3 de mayo y la isla está sufriendo ríos de lava, roca fundida y diferentes fisuras por toda la zona que emanan gases venenosos que podrían llegar a ser peligrosos. Pero el peligro también se puede trasladar a los cielos y hay que tenerlo en cuenta. Y es que desde la USGS quieren mostrar su preocupación a que la actividad volcánica se alargue en el tiempo, lo que pueda suponer una continua humareda densa que imposibilite por completo el tráfico aéreo o lo limite por un período, el cual no se puede concretar.

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Hay que recordar que las cenizas volcánicas son todo un problema para los aviones: pueden llegar a obstruir el velocímetro de un avión, hacer que un motor se pare o empañar las ventanas con una capa de polvo que impida la visibilidad en vuelo. Elementos de peligro que podrían poner en riesgo la vida de cientos de personas, por lo que alertan del hecho para que se tenga en cuenta. Desde la USGS estudian de forma diaria la actividad de estos volcanes así como el número de cenizas y de partículas nocivas que hay en el aire. Sus mediciones serán las que determinarán en qué casos se puede o no volar. Aquí puedes comprobar los diferentes colores.

Alberto Pascual García