Lo habitual es pensar que para huir de las medusas basta con evitar la playa, y bañarse en ríos o pantanos. Pero eso significa ignorar que también hay algunas especies que viven en el agua dulce, y que se pueden encontrar en diversos pantanos de nuestra geografía.
Estas medusas de agua dulce no son originarias de España. Son especies invasoras procedentes de Asia, que llegan hasta aquí gracias a las aves migratorias que transportan sus larvas hasta nuestras aguas. Suelen ser de color verdoso, y la buena noticia es que, afortunadamente, a diferencia de sus parientes marinas no pican.
En el verano de 2011 fueron detectadas en el pantano de Quéntar, en Granada, y el año pasado en el de Cuerda del Pozo, en Soria. En este último caso su proliferación se debió a la notable disminución del número de carpas que vivían en sus aguas y que, en años antertiores, se comían a las medusas. Pero, al reducirse la cantidad de peces, éstas se han multiplicado de forma notable.
Vicente Fernández López